PERSPECTIVA, por Marcos Pineda Godoy.

Hasta el momento de escribir estas líneas, en la madrugada de hoy, no ha habido ninguna declaración de los Yunes sobre su posición con respecto a la inminente aprobación de la llamada “reforma al Poder Judicial”.

Lo último que supimos del senador propietario, Miguel Ángel Yunes Márquez, y de su suplente, por cierto, quien, a su vez, es su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, fue que el pasado domingo ratificaron telefónicamente a los miembros de su partido, el PAN, que estarían presentes en las sesiones convocadas para el día de hoy y, en su caso, votarían en contra de la aprobación a la propuesta de reforma constitucional de Andrés Manuel López Obrador.

Corre ampliamente la versión de Ricardo Raphael, publicada en su columna de Milenio, acerca de una reunión llevada a cabo el pasado viernes entre ambos Yunes con el coordinador de la bancada morenista en el Senado, Adán Augusto López Hernández, en la que habrían acordado la solicitud de licencia de Yunes Márquez, para que su padre asumiera temporalmente la titularidad y votara a favor del proyecto presidencial, y así pudieran cumplir con el regalo de despedida que prometió Mario Delgado, todavía presidente de Morena, al saliente mandatario, Andrés Manuel, sin complicaciones para contar con la mayoría calificada que exigen las leyes vigentes.

A cambio, se les habría ofrecido desaparecer varias órdenes de aprehensión que pesan sobre ambos, por delitos que van desde el uso de documentos falsos hasta delincuencia organizada. Si son inocentes o no de los delitos por los que están siendo perseguidos, no lo sabemos. Pero tenemos claro que, con la mayoría de Morena y sus aliados, tanto en San Lázaro, como en el Congreso de Veracruz, podrían ser desaforados y sometidos a juicios penales, claro, con la privación oficiosa de su libertad, de por medio.

Otra versión, de la periodista Lourdes Mendoza, tildándolo al final de “TRAIDOR”, es que en el vuelo 0859, del aeropuerto veracruzano a la Ciudad de México, Yunes Márquez, a la pregunta de si sería héroe o villano, contestó a un paisano suyo que “la Reforma de Morena ayudaría a mejorar la justicia del país”.

Los Yunes podrían atajar los rumores con una publicación en sus redes sociales. Adán Augusto tiene la posibilidad de desmentir las negociaciones de impunidad que supuestamente ofreció. Y hasta el propio presidente de México estaría en capacidad política de rechazar la alianza con ellos, pues a lo largo de su sexenio, en múltiples ocasiones se ha referido a Yunes Linares como todo un corrupto, que incluso llegó a formar parte del fraude electoral del 2006.

Hay sólo tres opciones para el desenlace de esta tragicomedia -inentendible en los términos éticos que tanto ha propalado y exigido Andrés Manuel a su movimiento, a sus allegados y a su partido- que tendrán consecuencias históricas, pase lo que pase.

La primera es que Yunes, ya fuera el padre o el hijo, terminen votando, en las primeras horas del día de mañana, miércoles, a favor de la iniciativa presidencial, con lo que quedarían estigmatizados como “traidores” y los morenistas como corruptores. Eso sí, habrían logrado los 86 votos que legalmente requieren. La segunda, es que los Yunes reculen y vote, uno de los dos, en contra de la reforma, quedando bien con la oposición, pero con el riesgo de un futuro familiar catastrófico. Si los morenistas no consiguen otro voto de la oposición, se verían obligados a aprobar la reforma con 85 votos, como ya quedó claro que pretenderían hacerlo, si no tienen de otra, pero exponiéndose a un muy justificado revés de la Corte, que podría llegar hasta tribunales internacionales, y a una movilización sin precedentes, desde 1968, con fuertes señalamientos, dentro y fuera del país. Ellos mismos despertarían al tigre. Y la tercera, que los Yunes ni se aparezcan, y con simplemente no asistir, ni el propietario ni el suplente, dejarían el camino libre a Morena y a sus aliados para conseguir la mayoría calificada.

No cabe duda de que el oficialismo supo elegir a dos muy débiles eslabones de la cadena opositora para ejercer la presión del poder autoritario, que recién radicalizado ya está dando muestras de todo lo que es capaz de hacer.

Y para iniciados:

Los Yunes no son los únicos a quienes están metiendo en tensión. Son varios los que han recibido, tanto ofertas como amenazas, sobre supuestas carpetas de investigación susceptibles de ser activadas y judicializadas. Los intereses ajenos a la justicia, a la conservación de la división y el equilibrio de poderes están más activos que nunca. Saben bien que esta es su oportunidad para hacerse de todo el poder. Y todo comienza con la sustitución de los jueces, magistrados y ministros. Lo demás, ya lo arreglarán después, porque para eso no necesitan más que mayoría absoluta, o sea, la mitad más uno, de los presentes en las sesiones del Congreso.

La información es PODER!!!

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