Una vez que los cómputos en los consejos electorales están llegando a su fin, mayormente los ánimos comienzan a calmarse.
Mujeres y hombres que resultaron electos, confirmando, incluso tras el recuento de, en muchos casos, bastantes paquetes electorales y subsanadas las inconsistencias que pudieron encontrarse, disfrutan, junto con sus equipos de campaña, de sus constancias de mayoría, mientras quienes perdieron asimilan que no fueron favorecidos con el voto popular.
Los probables escenarios que nos mostraban nuestras encuestas, las de Consulting & Research Estadística aplicada, tanto en el ámbito federal como en el estatal, se cumplieron.
Claudia Sheinbaum y Morena obtuvieron holgadas victorias para la presidencia de la República, las senadurías y las cinco diputaciones federales. Y en Morelos, el voto se atomizó, distribuyéndose entre los 12 partidos políticos que competían. Movimiento Ciudadano, sin alianza de por medio, terminó haciendo un buen papel, aunque insuficiente. Y cinco partidos políticos perderán su registro en la entidad.
Únicamente quedarán, para el siguiente proceso electoral, seis partidos nacionales y uno local, Nueva Alianza -que dirige Mario Luis Salgado-, con derecho a presentarse en la contienda del 2027. Todos esos partidos tendrán representación en la siguiente Legislatura. El crecimiento de partidos como Nueva Alianza, el Verde y el PT, contrastan con la pérdida de preferencias del PRI y del PRD.
Todavía faltan algunas posiciones por definirse y otras que, por cuyas diferencias mínimas entre el primero y el segundo lugar, muy probablemente lleguen hasta los tribunales electorales. No dejan de ser relevantes, como la presidencia municipal de Cuernavaca, donde el conteo de las boletas y el registro de las irregularidades podría tener consecuencias trascendentes.
Ya Margarita González Saravia ha recibido su constancia de mayoría y es formalmente la gobernadora electa, sin que haya elementos como para pensar que una impugnación pudiera revertir el resultado en las urnas. Su triunfo está en firme. Con todo y las impugnaciones que pueda haber, será la primera mujer que encabece la gubernatura en Morelos, lo que de suyo ya es una huella de progreso en nuestra historia electoral.
La presencia de Margarita y su discurso, el pasado viernes en la conmemoración del Día de la Libertad de Expresión, abren una gran esperanza de que un parteaguas, un antes y un después, se haga realidad. En su primera aparición pública, luego del festejo de su victoria electoral, comenzó con el pie derecho, enviando un mensaje de reconciliación, unidad e inclusión. Hasta entre quienes no votaron por ella, ese llamado los debe conminar a la reflexión para la suma de esfuerzos que contribuyan a un mejor Morelos.
Sin embargo, también es cierto que la problemática y los retos que enfrentarán en lo inmediato, las nuevas autoridades, no debe esperar hasta que entren en funciones, sino comenzar ya a integrar planes, proyectos, políticas y los equipos con los que estén en posibilidades de enfrentarlos y resolverlos. El pueblo dio su confianza con el voto, ahora toca ellos cumplir bien y a cabalidad.
Y para iniciados:
Las posturas, cuestionamientos e impugnaciones de los partidos de oposición al respecto de la elección del pasado dos de junio están más que erradas. Es cierto que en todas las elecciones se presentan irregularidades sancionables y que se vivió una elección de Estado, pero no son suficientes como para gritar “fraude, fraude”. Tendrían que preguntarse mejor ¿cómo fue que los rebasaron, por qué perdieron, por qué hubo un 39% del electorado que no salió a votar por su candidata? Tenemos ahora en Morena al nuevo partido hegemónico de México, producto de una cuidadosa planeación y ejecución, pragmática, de un proyecto electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador que tuvo, debemos reconocerlo, nos guste o no, mucho éxito.
La información es PODER!!!