Son cinco las candidaturas registradas para contender el dos de junio por la presidencia municipal de Cuernavaca. Sin embargo, dos de ellas no tienen forma de ganar, una busca la reelección y otras dos son las que tendrían probabilidades de relevar al actual alcalde capitalino.
En orden alfabético: Joaquín Carpintero Salazar, Alejandra Flores Espinoza, Myred Alexandra Mariscal Villaseñor, Leonardo Daniel Retana Castrejón y José Luis Urióstegui Salgado ya están en plena campaña para convencer al electorado de que son, cada uno, la mejor opción para el periodo de gobierno 2025-2027.
Sin dejar de reconocer el abono a la pluralidad, la valentía y la decisión para contribuir a la democracia en Morelos, la realidad, no sólo estadística, sino en cuanto a estructuras, liderazgos y marcas partidarias, tanto Mariscal como Retana, no dudamos de que harán bien su papel en la contienda. Pero, aunque ambos tengan la más firme intención de ganar, los objetivos que persiguen sus respectivos partidos políticos son que acerquen votos para mantener sus registros, así como colocar regidurías y, después, negociar posiciones administrativas con quien haya ganado la presidencia.
Por el contrario, las postulaciones de Flores y Carpintero sí son una apuesta por el triunfo el dos de junio, mientras Urióstegui tiene el reto y la obligación de refrendar su victoria anterior.
Más adelante dedicaremos espacios completos al análisis de fondo por cada una de las candidaturas. Por el momento, y por cuestiones de espacio, destacaremos algunos elementos de los que consideramos son los principales a pocos días de iniciadas las campañas.
No ganar, a José Luis, lo expondría a un escenario sumamente negativo y vulnerable. El planteamiento con el que busca la reelección es que los ciudadanos reconozcan lo hecho por su gestión al frente del Ayuntamiento y lo comparen con los dos que lo antecedieron, es decir, el de Antonio Villalobos y el de Cuauhtémoc Blanco. Asimismo, el partido en el que recargaría la mayor votación a su favor es el PAN, por su fuerte e histórico arraigo en la zona metropolitana. Lo que le sumen los otros partidos, PRI, PRD y RSP ya es ganancia.
Pesa sobre su candidatura el desgaste propio del ejercicio de gobierno y la falta de cumplimiento de múltiples compromisos que adquirió, no haber podido solucionar la problemática del SAPAC ni la de la inseguridad, no haber mejorado en forma sustantiva la imagen urbana, la tala indiscriminada de árboles, reconocida por los funcionarios a su cargo y la trama jurídica en torno a la caída del puente colgante de Amanalco, entre otros.
Alejandra Flores trae consigo las elevadas preferencias de Morena, en términos generales. Aunque no es de las morenistas fundadoras, sí está identificada con el lopezobradorismo y ya obtuvo tanto un triunfo como una derrota en las elecciones legislativas. Es oriunda de Cuernavaca y su familia es considerada de arraigo y buen nombre.
No obstante, el trompicado proceso de su designación como candidata generó muchas diferencias y enconos. La división al interior de su partido ya hizo, de hecho, que diversos liderazgos busquen o acepten dar la batalla en otras trincheras. Encima, carga con el peso de los negativos que trae consigo el presidente en funciones de Morena, Ulises Bravo Molina y, aunque físicamente ya no esté presente, el fantasma de su hermano, Cuauhtémoc Blanco Bravo.
La sorpresa mediática fue Joaquín Carpintero, pero fue solamente mediática porque ya venía trabajando su proyecto político al menos un par de años atrás. La aparición en escena de Carpintero revitalizó al ecologista. Desde su arranque de campaña mostró músculo y en una zona muy difícil de entrar, Ocotepec. La candidatura de Carpintero podría llevar la elección a tercios, donde ya no serían dos, sino tres los posibles triunfadores.
En su contra, tiene la cantidad de recursos económicos con que sí cuentan Morena y el PAN, y que el Verde, en tanto instituto político, no aparece con los mayores porcentajes de intención de voto, así como el poco tiempo para hacer campaña abierta, porque a diferencia de los anteriores, no llevó a cabo actos anticipados de campaña.
Se pone interesante, porque todo apunta a una final de foto en Cuernavaca.
Y para iniciados:
Los regaños ya están a la orden del día en los cuartos de guerra, principalmente de los partidos opositores y en Morena. Irónicamente, se disputan con golpes bajo la mesa, que se dan un día sí y otro también, en la pelea por un poder que todavía no tienen. No se necesita bola mágica para saber que eso va a causar perjuicios electorales. Pero, como dice la voz popular, ¿si ya saben cómo son, para qué los invitan a la fiesta?
La información es PODER!!!