Pasó valioso tiempo para que, al interior del equipo de campaña, particularmente entre quienes más cerca están de Lucía Meza Guzmán, comprendieran y aceptaran que las candidaturas a la presidencia de México y a la gubernatura de Morelos deben caminar por la misma ruta, si desean obtener los mejores resultados para ambas.
Las dificultades se presentaron desde que Lucy Meza fue registrada oficialmente por el PAN, el PRI, el PRD, nacionales, y RSP de la entidad. Una de ellas fue la intención de algunos, quizá los más perversos, aprovechando la proveniencia morenista de la candidata como un posible plan B de la 4T, en el más alto nivel. Por tanto, ni atacar a Claudia Sheinbaum ni manifestar respaldo a Xóchitl Gálvez aparecían como una opción discursiva. En consecuencia, un rumor de radiopasillo de esta naturaleza comenzó a hacer mella en el ánimo de las dirigencias nacionales de los partidos opositores.
El conflicto escaló al grado de que, en el arranque de la campaña de Lucy, donde no estuvo presente Xóchitl, pero no por desdén, como algunos lo quisieron manejar, sino simplemente por cuestiones de agenda, la candidata opositora no pidió también, públicamente, el apoyo para la candidata presidencial. Es más, ni siquiera la mencionó. Ya se podrá imaginar usted los reclamos en la mesa a la que estuvieron convocados los más cercanos a ambas candidatas. Se asomaba la posibilidad de que los partidos nacionales retiraran su apoyo y eso complicara las probabilidades de triunfo.
Pero ese escenario ya quedó atrás. Con los actos públicos y las reuniones privadas del día de ayer, en la visita de Gálvez Ruiz, así como el acompañamiento y discursos de Meza Guzmán, atajaron esos rumores y sepultaron el plan de hacerla parecer como el plan B de la presidencia. Quedó claro que van juntas. Solamente faltaría que Lucy Meza incorpore señalamientos críticos a la candidata presidencial de Morena. Pero difícilmente sucederá, porque tienen claro, bajo la hipótesis de ganar la elección local, pero perder la federal, que las buenas relaciones institucionales serán clave para poder gobernar y cumplir los compromisos de campaña.
Hay quienes han sostenido que Lucy Meza ganaría por ella misma. Que los partidos políticos poco aportarán en votos efectivos el dos de junio. Y quizá no estén lejos de la realidad, pues el descrédito de las dirigencias partidarias del PAN, el PRI y el PRD no da como para pensar que la suma de sus votos llevaría al triunfo a su candidata. Sólo con el voto duro de los partidos opositores, estarían condenados a la derrota. Pero, tuvieron que hacer conciencia de su visión equivocada. También se requiere del voto de los partidos. Como dijo Gálvez, tienen que ir hasta por el último de los votos, si quieren ganar.
La soberbia de pensarse ya ganador es mortal para cualquier campaña. La sencillez, la humildad y la sensibilidad para dejarse apoyar y apoyar recíprocamente a quienes los apoyen es una ruta que parecen haber comenzado a caminar y de la que no se deberían apartar.
Las dos candidatas, a la presidencia y a la gubernatura, tienen claro que sus triunfos o derrotas, respectivamente, dependerán de que los indecisos salgan a votar por ellas. Y lograrlo dependerá, a su vez, de que sigan juntas, en la misma ruta.
Y para iniciados:
Ya viene el primer debate entre las aspirantes a gobernar Morelos. Los equipos de campaña de cada una saben que lo más importante no es en sí el debate del domingo por la noche, sino el diálogo que se genere en el posdebate, lo que se diga y se afirme en medios y redes sociales. Y eso también depende de una adecuada estrategia. La pregunta es: ¿quién de las tres tendrá la mejor estrategia para el posdebate? Las apuestas ya están abiertas. ¿Por quién haría usted su quiniela?
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