Candidatas y candidatos de todos los colores -incluidos los descoloridos- hicieron presencia ayer en los diferentes actos de conmemoración por el 105 aniversario del asesinato del Caudillo del Sur, Emiliano Zapata Salazar. Los más relevantes encabezaron. Los de menor rango nada más estuvieron ahí.
Un detalle para el análisis de quienes han desatado una ola de presentación de recursos jurídicos contra las candidaturas y el proceso electoral, a la que podríamos llamar “impugnitis”. Y le llamo así porque pareciera que el exceso, a lo que se refiere el sufijo “itis” en la lengua española, hoy se ve asociado al exceso de interposición de impugnaciones en materia electoral. Ya esperábamos unas elecciones judicializadas, pero no tanto, y menos con tantos recursos sin fundamentos reales y comprobables.
El caso es que, al acto oficial encabezado por el gobernador en funciones, Samuel Sotelo Salgado, en homenaje al generalísimo de la División del Sur, asistieron candidatas y candidatos. Podríamos poner en tela de duda que su asistencia se haya debido al profundo respeto que guardan por la memoria de Zapata y su fidelidad a las causas e ideales de este famoso revolucionario, pero de lo que estamos completamente seguros es que se apersonaron para promover sus candidaturas.
Entonces, la pregunta es, ¿fue un acto oficial que candidatas y candidatos aprovecharon para convertirlo en un acto de campaña? La respuesta parece obvia. ¿Y si hicieron campaña no debería ser motivo también de un análisis sobre si hubo un uso indebido de los recursos públicos, de los que dispuso el gobierno estatal para llevar a cabo el homenaje? Ahí lo tienen para que los impugnólogos abogados electorales tengan algo más con que atiborrar de trabajo a los órganos electorales y ya veremos si prosperan o no.
Ya en lo realmente importante, podemos destacar que la presencia de Claudia Sheinbaum, haciendo su propia promoción y dando su respaldo a Margarita González Saravia, así como a los demás, todos vestidos de zapatistas por un día. Con todo, el impulso de la candidata presidencial cuenta y cuenta mucho para la candidata al gobierno del estado. En los discursos no hubo nada nuevo, las mismas promesas de rescatar al campo y resolver los problemas de agua y seguridad.
Por su parte, Lucía Meza Guzmán, también cayó en los mismos clichés. Rescatar al campo y a Morelos, presentando las mismas propuestas que hemos escuchado elección tras elección, sólo que con el, a la vez, rimbombante y anacrónico nombre, de Plan Emiliano Zapata. Llama más la atención y podría generar más credibilidad la firmeza de Lucy Meza en llamar a cuentas a quienes han desfalcado las arcas de Morelos.
Ya deberían dejar de usar a Emiliano Zapata en las campañas políticas. Ni siquiera representa un elemento que pueda generar preferencias electorales. Candidatas y candidatos se escuchan trillados, con discursos nada originales, que se pierden más pronto de lo que los emiten.
Sí es cierto que los ideales de Zapata Salazar no se han cumplido y valdría mucho la pena recuperarlos. Pero para hacer políticas públicas, no para hacer proselitismo y menos aparecer por zapatistas de un día.
Y para iniciados:
La respuesta del vicealmirante en retiro, José Antonio Ortiz Guarneros, a la rueda de prensa convocada por Lucy Meza, más allá de haberse realizado en un edificio público, con recursos del gobierno, para un asunto personal, nos ponen a pensar en los riesgos que corren ciudadanos, comunicadores y políticos por hacer uso de su sentido común, su raciocinio y su libertad de expresión. ¿A qué nivel hemos llegado, cuando un funcionario responsable de la seguridad está más preocupado y sentido por su imagen y buen nombre, que por el cumplimiento de sus deberes y la rendición de cuentas a los ciudadanos a los que debería servir?
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