Ninguna sorpresa tras el inicio de las campañas para el nivel federal en el estado de Morelos. Nada qué destacar. Quizá los escándalos familiares de algunos, los escondidos romances de otros, pero nada que sea realmente de interés público.
Los candidatos que se salvan, por sí mismos, son aquellos que tienen trabajo con la base. Han sabido hacer más que la marca partidaria. En lo local eso va a importar mucho. Si se duermen, se los podría llevar la corriente del voto de castigo. Como dice Andrés Manuel, ya el pueblo está muy despierto, muy politizado, ya ven a los candidatos y no se la creen.
Vamos en orden, pensando en los que algo suenan. Sergio Estrada, ni campaña en tierra pudo empezar. Su rival, Sandra Anaya, que aparecerá en las boletas con el irrisorio mote de “La tía Licha” -a falta de currículum propio- confía en la marca guinda. A Sergio, el que bailaba, Estrada, lo perseguirá su pasado. Sandra Anaya, su presente, del que debería apartarse para tener más votos que solamente los de Morena y llegar al Congreso con dignidad, y no de la mano de Cuauhtémoc.
En el distrito dos, federal, empieza bien Ariadna Barrera. No se le ve que pueda perder. No es ella. Es la fuerza federal, ahí compite el presidente de México y la cuatro T. En el tres, está cantado. Ni le muevan, no apuesten a perder. Ya ganó Juan Ángel Flores Bustamante. Es cuestión de tiempo. Lo mismo que en la presidencia municipal de su demarcación, pues combina el buen trabajo de Alan Martínez García con la expectativa federal. El cuarto sí es de pronóstico reservado. Y en el quinto habrá pelea de gallos entre Agustín Alonso y Vinicio Limón.
Ningún candidato destaca por Movimiento Ciudadano, partido del que toca hablar hoy. Comenzó como Convergencia por la Democracia, acortó su nombre a Convergencia en 2002, y en 2011 dijo ser Movimiento Ciudadano. Su mayor éxito fue en las pasadas elecciones intermedias, en las que obtuvo el 7% de los votos, en términos generales. Su fundador y líder nacional, Dante Delgado, prefirió perder recursos que hacer el ridículo en las elecciones del año pasado y no postuló candidatos,
La fuerza electoral de MC se concentra en un 40% en Jalisco, otro 40% en Nuevo León, y el restante de a poco en el país. Iba bien, con el joven Colosio Riojas, pero decayó su imagen con los partidos y virales francachelas con su compadre. No espanta, pero, Jorge Álvarez Máynez, hizo públicas unas copas que lo perseguirán el resto de la campaña y de su vida.
En Morelos ronda el 5% de la intención de voto. Eso le alcanza para una diputación plurinominal, la de Julio César Solis Serrano, si las reglas de inclusión no lo dejan fuera. Un triunfo en las casillas lo llevaría a tener dos diputados locales. Algo remoto, tan remoto como que su candidata al gobierno estatal pudiera obtener más de seis puntos porcentuales.
En Morelos, y en buena parte del país, Movimiento Ciudadano es una forma de vida para algunos de sus líderes y empleados. No es una fuerza electoral, como tal. Sus líderes reales, y que cobran bien, caben en una camioneta y sobran lugares. Como cereza del pastel, pregunte ¿quién es el líder e MC? Ahí está su democracia.
Y para iniciados:
Caso insólito. Mientras Sheinbaum enfrenta ataques y caídas, Margarita muestra cohesión y unidad. El discurso de la oposición puede ser claro y fácil. Amansar a las fieras del poder, eso ya sólo lo puede hacer alguien con carácter.
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