PERSPECTIVA, por Marcos Pineda.

Mario Delgado Carrillo, líder nacional de Morena, envió un mensaje a quienes se inscribieron en el proceso interno para la designación de las candidaturas que estarán en juego el próximo año. Al parecer, su intención era tranquilizar los ánimos, atajar rumores y clarificar las fechas en que habrán de darse a conocer los nombres de quienes serán abanderadas y abanderados de la autodenominada cuarta transformación.


Pero no necesariamente resultó así. Hay cambios de fechas, principalmente algunos aplazamientos. Y eso puso ya nerviosos a algunos aspirantes que se han mostrado en privado como seguros beneficiarios de las postulaciones. Por lo que corresponde a Morelos, la fecha originalmente prevista en la convocatoria para dar a conocer los resultados de las encuestas para presidentes municipales y diputados locales era el
tres de enero, ahora fue dispuesta hasta para el 15 de ese mismo mes.


Delgado se concretó a pedir calma, no dejarse llevar por rumores y confiar únicamente en la información proveniente de los órganos oficiales de su partido, al tiempo de anticipar que podría haber todavía algunas variaciones más. Sin embargo, en ningún momento dio razones por las cuales podrían producirse esos cambios, lo que deja abierta la puerta a la especulación de si se trata de sobrecarga de trabajo debido a la enorme cantidad de información que debe procesarse estadísticamente o si, lo más temido por supuesto, requieren de más tiempo para cuajar las temidas imposiciones de los preferidos en la cúpula morenista, que encabeza el propio presidente de la República.


Independientemente de cuáles sean los nombres de las mujeres y los hombres que vayan a ser postuladas y postulados, respectivamente, con todo y los cambios de fechas que llegaran a realizarse, habrá tiempo suficiente para que los reacomodos y construcción de nuevos acuerdos deriven en una fuga de simpatizantes morenistas a los partidos de oposición.


A diferencia de la época hegemónica del PRI en la que, quienes no fueran beneficiados en un determinado proceso electoral, guardaban la esperanza de ser recompensados en el siguiente, siendo leales y disciplinados, pues se pensaba que el régimen iba para largo y que la estabilidad de la maquinaria electoral les permitía esperar a que la revolución les hiciera justicia, hoy los morenistas y sus aliados saben que la hegemonía morenista no pinta para durar tanto tiempo como la del PRI y que esta ocasión podría ser la única con tantas posibilidades de ganar en las urnas, cobijados en la marca partidaria.


Para muchas y muchos, es ahora o quizá nunca, pues el deterioro de las actuales preferencias electorales, si los graves problemas que atraviesa el país, como la inseguridad, por ejemplo, no son resueltos el próximo sexenio, se vendría abajo, precipitando su clientela electoral y las aspiraciones personales y de grupos.

Ya con nuevas fechas en puerta, mujeres y hombres en la competencia interna, pueden irse, como sugirió Delgado Carrillo, a pasar las fiestas decembrinas con sus familiares y amigos. Habrá tiempo para el pleito político, regresando de vacaciones.


Y para iniciados:
Muy interesante el proceso político, pero, mientras tienen ocupada a la sociedad con la determinación de las candidaturas, estamos viviendo un cierre de año trágico, violento, con pinceladas de inauguraciones de mega obras sin terminar o bien de costos muy elevados y pocos beneficios reales. La esperanza terminó y la realidad se asoma para los últimos meses de este gobierno. La promesa del cambio verdadero quedará ahora en una explicación, una justificación, que será el eslogan de las campañas: apenas vamos comenzando, continuemos con la transformación. Da tristeza darnos cuenta de que se trata de puras paparruchas.


La información es PODER!!!

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