PERSPECTIVA, por Marcos Pineda.

Los procesos para la designación de las candidatas y los candidatos del partido político del presidente, Andrés Manuel López Obrador y sus partidos aliados, han resultado un tanto confusos.

Estas confusiones son producto, por un lado, de los contenidos de las propias convocatorias estatales, muy similares todas entre sí, pero estructuradas con los mismos candados para asegurar que las decisiones finales se tomen desde la cúpula morenista, atajando el paso a inconformidades e impugnaciones, que pudieran echarlas abajo en los tribunales electorales. Y, por otro lado, por la falta de una lectura acuciosa, por parte de los interesados, que han permitido diversas interpretaciones más o menos equivocadas o francamente fuera de toda realidad.

Ni con las explicaciones de Mario Delgado, líder nacional de Morena, fue suficiente para aclarar las dudas. Tuvo que ser el propio presidente, Andrés Manuel, quien saliera en su mañanera a puntualizar que todos los registrados formarán parte del proceso. Y eso será de la siguiente manera:

Las convocatorias de Morena para la designación de sus coordinaciones estatales para la defensa de la cuarta transformación, que en realidad serán las candidatas y los candidatos a los gobiernos estatales, aunque públicamente lo nieguen para no ser sancionados por los órganos electorales al violar la normatividad vigente, incluyen la realización de dos tipos de encuestas.

Las primeras, que se llevarán a cabo este mismo mes de octubre, son las denominadas como de “reconocimiento”. Las segundas, llamadas de “preferencias”, se llevarán a cabo en el mes de “noviembre”.

Las de reconocimiento incluirán a todos, todas y todos, los aspirantes registrados que hayan cumplido con la entrega completa de la documentación que exige la convocatoria correspondiente. Y se tratará de medir los puntos de conocimiento de cada uno de ellos. Es decir, qué tan conocidos son entre la población en edad de votar del estado de la República de que se trate. La pregunta para esta encuesta es sencilla: ¿conoce usted o ha oído hablar de… fulana o fulano de tal? Uno por uno, para, con los resultados escoger a las seis u ocho personas estadísticamente más conocidas, mitad hombres y mitad mujeres, que serán quienes participen en la segunda encuesta, la de preferencias.

La principal ventaja de hacer una primera encuesta, la de reconocimiento, es que se filtran los nombres de aspirantes que no tendrían posibilidades de construir una candidatura con perfil ganador desde el mismo momento de su designación. Y lo que pretende López Obrador es dotar de las mayores garantías de triunfo posibles a sus candidatos, para fortalecer su plan de hacerse no sólo de las gubernaturas, sino también de la mayoría calificada en el Congreso de la Unión, para poder reformar la Constitución, antes de terminar su mandato.

El principal riesgo es tanto para los aspirantes como para los partidos y para el pueblo gobernado, por el uso y abuso de la propaganda personalizada que hemos visto en estos meses. Existe la posibilidad de que se colaran entre los finalistas personas de mala imagen pública, de dudosa y cuestionable trayectoria, si no se incluye al menos una pregunta sobre qué opinión se tiene del aspirante en cuestión, si es buena, regular o mala opinión. Y que esos resultados sean tomados en cuenta para decidir si se le incluye o no.

Eso será de primordial importancia, pues si Morena, López Obrador y Sheinbaum, se deciden por candidatos muy conocidos, pero de mala fama pública, pondrían en riesgo su triunfo en las elecciones del 2024, junto con el plan C.

Y para iniciados:

Los líderes de los bloques al interior de los consejos estatales de Morena, que ya fueron rechazados y fustigados públicamente por Andrés Manuel, deben sentirse un tanto usados y decepcionados. Si bien pudieron enviar sus propuestas de candidatos a la Comisión Nacional, nada les garantiza que sus principales propuestas sean consideradas entre los finalistas. Bien podrían ser rebasados en la encuesta de reconocimiento por nombres, a los que cerraron el paso, como los de Juan Ángel Flores Bustamante, Juan Salgado Brito y Rafael Reyes Reyes, por parte de los hombres, y Lucía Meza Guzmán, Juanita Guerra Mena y Tania Valentina Rodríguez Ruiz, por parte de las mujeres.

La moneda sigue en el aire. Hagan sus quinielas.  

La información es PODER!!!

Artículos Relacionados

Deja un comentario