PERSPECTIVA, por Marcos Pineda.

El presidente de México volvió a mentir el día de ayer de forma descarada. Hay dos opciones posibles: Una, sí sabe la verdad y la oculta. Dos, no la sabe y se inventa lo que a su discurso conviene. Aseguró que México es más seguro que los Estados Unidos y eso no es cierto.

El fondo del asunto, lo que me preocupa, no es la defensa política de una u otra nación, sino que el presidente mienta. No importa si se trata de una comparación con el vecino del norte o con cualquier otro país. El problema es que Andrés Manuel López Obrador miente. Miente a sus seguidores, a los mexicanos en general y al mundo.

Sin duda, aunque hay otros como el robo y las lesiones, el indicador más grave de la violencia y la inseguridad es el de los homicidios dolosos, también conocidos como homicidios intencionales. Sin el maquillaje ni las justificaciones que suelen acompañar al discurso presidencial, es preciso señalar que las comparaciones justas no se deben hacer a partir de cantidades netas, sino del cálculo de la proporción con respecto a la población de cada país. Usualmente se trata de comparar casos ocurridos por cada cien mil habitantes.

Los datos duros, que usted puede consultar en la página de datosmacro.com, compilados con base en la información oficial disponible de cada uno, muestran, primero, que México se encuentra entre los diez países con la mayor tasa de homicidios intencionales. Y, segundo, que se ha mantenido en esos rangos durante los últimos años. Mientras en 2020 registró 28.37 homicidios de este tipo por cada cien mil habitantes, Estados Unidos tuvo 6.52, Dinamarca 0.95, España 0.64, Suiza 0.54, China 0.53 e Italia 0.47. ¿Nota usted las abismales diferencias?

Estados Unidos ha logrado reducir sus indicadores de homicidios intencionales. De 9.30, en 1990, pasó a 6.52 en el 2020, siendo el año en que menos se registraron el 2014, con 4.44 y el que más, 1991, con 9.70. En tanto México, aunque con variaciones durante el mismo periodo, ha sostenido elevados indicadores.  Pasó de 16.65 en 1990, a 28.37 en 2020, siendo el 2018 en el que más hubo, con un 29.07 y, en el que menos, el 2007, con 8.08.

Por un lado, la tasa a nivel mundial en ese año fue de 6.28 homicidios dolosos por cada cien mil habitantes. Estados Unidos, digamos, se ha mantenido en la media o cerca de la media internacional. Sin embargo, sí es el país donde más homicidios ocurren entre los países desarrollados, a diferencia de Francia, Finlandia o Canadá, que registran indicadores muy por debajo de la media.

Pero México no, al contrario. Queda muy claro, revisando los datos, que México es de los países en donde estadísticamente se corre mayor riesgo de perder la vida por asesinato intencional. Y eso es solamente tomando este indicador clave, como base para el análisis. Pero si a eso sumamos el registro de robos, asaltos a mano armada, lesiones, feminicidios, agresiones sexuales, robo de autos y demás, que nos llevaría varias páginas describir, tristemente veremos que la altanera declaración de AMLO nada más no tiene lugar, pies, ni cabeza. 

Una vez más, la realidad, los datos y la evidencia desmienten al presidente mexicano.

Y para iniciados

Ya hay varios suspirantes a las candidaturas del próximo año que andan desatados. En todos lados, pero particularmente en Morena, donde creen que la marca dará amplias posibilidades de ganar las constitucionales. Parecen estar dispuestas y dispuestos a ser sancionados por actos anticipados de campaña, mismos que, si prospera el Plan B de la reforma electoral, ya no serán motivo para la cancelación de sus respectivas candidaturas. Pero ¿qué cree? Apenas va comenzando la batalla por posicionarse en el ánimo de los posibles electores, rumbo a las encuestas que se supone definirán a los contendientes guindas. No es nada comparado con lo que vendrá en los siguientes meses, además de que deberemos estar al pendiente de lo que resuelvan los tribunales.

La información es PODER!!!

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