Por Edgar Vargas Santiago
En mi experiencia profesional de casi 3 décadas en temas electorales, debo exponer que los resultados en las urnas en una competencia electoral constitucional donde este en juego la presidencia de la República en Morelos, dependen de 5 factores:
FACTOR 1.- Acuerdos nacionales entre partidos políticos y las fuerzas del poder público nacional (Ejemplo: Graco ganó en Morelos en contra de la corriente nacional que impulsó a EPN a la presidencia, con el apoyo del PRI nacional y del Gobierno Federal a través de sus delegaciones federales panistas, siendo el candidato del PRD).
FACTOR 2.- Cuando no hay operación política nacional, Morelos “se va con la corriente” nacional presidencial. Es decir, el candidato presidencial “arrastra” en los resultados en las urnas en Morelos, independientemente del candidato local que pongan los partidos políticos.
FACTOR 3.- El trabajo electoral previo que se realiza antes de la campaña. Sin trabajo electoral pie tierra y de estructura electoral, la posibilidad de obtener buenos resultados en las urnas disminuye sustancialmente. Aún yendo a favor de la corriente nacional si no hay un trabajo electoral previo, habrá posiciones electorales (diputaciones, alcaldías) que se perderán por algunos votos de forma irremediable o hasta la propia gubernatura.
FACTOR 4.- La elección de los candidatos. Un mal candidato destruye una inercia ganadora. Ejemplos? Muchos, pero alguien recuerda a Ana Laura Ortega del PRI en Cuernavaca, que su candidatura dió oportunidad al arribo a la escena política al ingeniero mecánico Sergio Estrada? El resultado todos lo conocemos.
FACTOR 5.- La implementación de una campaña electoral “sentimentalmente llegadora” a la masa votante. Esto va desde una imagen de campaña que se “sella” en la mente del votante, una frase inolvidable o hasta una canción que se tararea sin siquiera ser del partido o candidato que la impulsa.
El factor 3 es muy importante. Aquí radica mi breve reflexión.
Muchas personas se molestan por el arribo a la escena política morelense de Ulises Bravo Molina. Sus expresiones son diversas: porque no es morelense, porque utiliza el poder público que tiene su hermano siendo Gobernador del Estado y un largo etcétera.
Es entendible este sentir de muchos morelenses. Sobre todo aquellos que no son parte o beneficiados directa o indirectamente por el poder ejecutivo, ni de los ayuntamientos ni del congreso que simpatizan con Ulises. En la actividad pública, siempre estarás bien con un pequeño sector que te rodea y es beneficiado por trabajo, apoyos sociales entre cosas y siempre estará mal para un gran sector que no es favorecida por las mieles subyugantes del poder público. Esto en normal y natural en cada administración ya sea municipal estatal o federal.
Salvo “Ponchó” Sandoval que era querido y reconocido por propios y extraños, todos los demás en Morelos entran en el supuesto del desgaste que brinda naturalmente el ejercicio del poder público.
La única realidad en MORENA actualmente, es qué hay un dirigente cubierto e impulsado por su dirigencia nacional que está trabajando municipio por municipio, distrito por distrito y sección electoral por sección electoral. Es evidente en las publicaciones de sus recorridos por el estado.
Ulises Bravo Molina llegó a la escena política morelense para quedarse por una simple razón: “en política no existen espacios vacíos. Espacio que no se llena por otro es llenado de forma inmediata” y él está trabajando. Para ejemplo la publicación de abajo ??
Ahora falta que se concreten los otros 4 factores restantes para que su éxito en las urnas se vea reflejado en el 2024. Pero el trabajo electoral previo ya lo está haciendo.
Que nadie se sorprenda de los resultados positivos en el futuro inmediato. El 2024 se cocina hoy. Al tiempo.