Por Manuel García Y García//mundo Magazzine
Con Esos Diputados, Para Que Quiero…
Presidentes municipales, acompañados de sus cabildos y uno que otro “pegostle” se les ocurrió trasladarse al recinto de “todo el pueblo”, en donde pretendieron ingresar, sin contar con la habilidad de los parlamentarios que giraron órdenes estrictas de no dejarlos entrar.
Los alcaldes y sus acompañantes, sabedores de que “los representantes” (sic) del pueblo, hablarían sobre el presupuesto, decidieron, sin previo aviso, llegar a la Cámara de Diputados para escuchar los argumentos y quizá una que otra protesta y por eso, los diputados no los dejaron entrar, es decir, les dieron con la puerta en la nariz.
Cabe decir que tanto los diputados como los presidentes municipales, los regidores, los síndicos fueron electos popularmente y por tanto, tienen fuero constitucional y si no tienen fuero, la Constitución los ampara.
Sin embargo, a los diputados les valió M… y no los dejaron ingresar al recinto sagrado, al recinto que es del pueblo, y lógico, de las familias de los diputados, pero por sus calzones, no los dejaron entrar.
¿Esconderán algo los diputados?
Cabe destacar que los diputados aprovecharon el dicho aquel que dice: “el que parte y comparte, le toca la mayor parte” y eso hicieron al solo otorgar grandes cantidades de dinero a los alcaldes de Yecapistla, Yautepec y otro, porque los munícipes de estos lugares los ligan los parentescos y por ello, los beneficiaron.
La misma suerte corrió el gobierno que encabeza Cuauhtémoc Blanco Bravo, a quien le dieron muy poco presupuesto y “eso no se vale”, dijera el ejecutivo. Pero éste regresó el dinero y metió, al parecer una controversia constitucional.
Pero en fin, el tema hoy, es que los diputados se agandallaron y les cerraron la puerta a los presidentes municipales que, junto con sus cabildos vinieron a Cuernavaca para, siquiera, “verlos” y conocer a los diputados por sus distritos.
Está afrenta hecha a los alcaldes, los diputados la irán a pagar, cuando éstos pretendan reelegirse y que los habitantes de los municipios que no quisieron recibir, les hagan fuchi y no voten por ellos, al fin y al cabo ya les queda menos de que cuando empezaron.
Aquí también se puede aclamar aquel grito del “Chapulín colorado”, >>¡Ho, y ahora quien podrá escucharnos!<<
Son los diputados son unos groseros y jamás han representado al pueblo, es solo un dicho que no vale la pena ni recordar, por desgracia, así lo dice la ley y ni modo.