Perspectiva Electoral
Por Marcos Pineda

En estos, ya más de dos años de su gobierno, Andrés Manuel López Obrador, se ha empeñado en hacernos creer que las instituciones a las que le ha metido mano funcionan de mejor manera, ya no están infectadas de corrupción o, al menos, ya la corrupción no cuenta con la complacencia o el contubernio del Ejecutivo Federal. La evidencia y los testimonios apuntan a que eso es totalmente falso. Y una de tres: o le han mentido al presidente, o el presidente nos ha mentido, o las dos al mismo tiempo, pero no es cierto que el burocratismo y la corrupción se hayan terminado, y ni siquiera disminuido.
AMLO sabe muy bien que los resultados en el ejercicio del gobierno, eso que denominamos gestión de gobierno y rendición de cuentas, tienen un efecto directo en el ánimo de la población, en la manera en que el pueblo percibe a los gobernantes y al partido del que provienen. Y, por tanto, son una variable matemáticamente correlacionada con los resultados de los procesos electorales.
Por eso su insistencia en convencernos de que, bajo su mandato y la dirección de los funcionarios que él ha designado, las instituciones funcionan mejor. Y que se requiere de reformas al marco legal para poder meterle mano o de plano desaparecer los órganos autónomos que legalmente no están bajo su completo dominio. Y eso no es ser progresista ni liberal, sino todo lo contrario. Es ser retrograda y autoritario.
Veamos uno de los casos que, hoy por hoy, han jugado un papel obstaculizador en el actual proceso electoral: el Sistema de Administración Tributaria (SAT). AMLO redujo drásticamente las plantillas laborales de confianza e integró en los puestos directivos a su gente o de sus incondicionales, no necesariamente a gente preparada o calificada, sino que formaran parte del nuevo grupo en el poder, tanto así que hasta una de sus ex escoltas ocupó un destacado papel en la administración de los dineros del erario y ahora está en busca de un puesto de representación popular.
Para los aspirantes a candidaturas independientes y para algunos partidos políticos, el SAT ha sido más que una piedra en el zapato, se ha convertido en un monstruo burocrático casi imposible de flanquear, al grado de que a lo largo y ancho del país muchas ciudadanas y ciudadanos de plano abandonaron sus intenciones de registrar sus candidaturas, otros recurrieron a la protección de sus derechos político-electorales, por medio de los tribunales, que les concedieron la razón y ordenaron a los funcionarios del SAT que atendieran los trámites que los aspirantes solicitaban y se extendieran los plazos para no vulnerar sus derechos. Pero de nuevo la burocracia del SAT los puso en aprietos al dilatar los procedimientos para la atención de las órdenes de los tribunales electorales. Todo, poniendo como pretexto las complicaciones que ha traído la pandemia de COVID.
Pretexto que carece de sustento, pues la mayor parte de los trámites podrían ser destrabados mediante medios electrónicos y la plataforma digital del SAT.
Así, en muchos casos, los aspirantes prefirieron retirarse, sumarse a otros proyectos políticos o buscar la alternativa de registro a través de algún partido político. No se habla mucho de esto, salvo en algunas conversaciones más bien de carácter privado, debido al temor de sufrir represalias o persecuciones hacendarias. ¿Cómo la ve usted? ¿Están funcionando mejor las instituciones, como ha dicho el presidente?
Un botón de muestra: un usuario de los servicios tributarios acudió a las oficinas del SAT de Paseo del Conquistador, en Cuernavaca. A diferencia de otros gobiernos, no hay ningún directorio de los funcionarios públicos responsables de las diferentes áreas. También a diferencia de otros gobiernos, empleadas y empleados de mostrador se negaron a proporcionar el nombre del delegado o el responsable de la oficina tributaria en Morelos, que por cierto no aparece en ninguna página electrónica relacionada con el sector. Se trata de un servidor público, un funcionario público y sus subalternos negaron, ya no digamos el número de su extensión telefónica oficial y que debería ser público, sino su nombre. Así es como funciona el SAT en la 4T.
Y para iniciados
Pronto, dos partidos políticos nuevos darán a conocer los nombres de mujeres y hombres que se integrarán a la contienda electoral. Estos dos nuevos institutos políticos locales estarán en condiciones de crecer electoralmente y volverse opciones competitivas en focalizadas contiendas de presidencias municipales y distritos locales. Sin hacer mucho ruido, pero avanzando bien, van el partido Bienestar Ciudadano, que obtuvo el mayor número de afiliados en Morelos para su constitución y el Partido Renovación Política Morelense, que ha ido integrando a sus filas a mujeres y hombres, con buen prestigio.
Excelente jueves.
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