Francisco Hurtado Delgado

La comunicación social es indispensable en la sociedad contemporánea para que esta funcione mejor, ya que sin ella no existiría la política. La comunicación social y política son elementos esenciales en toda nación moderna y; sobre todo, privilegiando el derecho fundamental de la libertad de expresión. Pero ¿Qué podemos entender por Comunicación Política?

La diferencia de opiniones, ideologías e intereses produce problemas en una comunidad, es por ello que la política sienta las bases de comunicación y gestión para el cumplimiento obligatorio de ciertas reglas. Luego entonces, por ello podemos entender como comunicación política, a todas y cada una de las acciones que se involucran en un proceso político, aplicando estrategias de comunicación para mandar mensajes y discursos con el propósito de convencer y persuadir a las audiencias, esto es lo correcto si modifica la conducta de los receptores.

Como regla básica de la comunicación, deben existir elementos vitales como son el emisor y receptor, es decir, quien envía y recibe mensajes afines al proyecto político y algo muy importante, que se cumplan como objetivo principal con las expectativas del receptor. Se debe enfatizar que existen dos elementos fundamentales de la comunicación, que son el mensaje y por otra parte el vehículo por el que transitará, en otras palabras, el canal o forma de transmitir.

La meta a cumplir de la comunicación política, es que se cumpla en los hechos con los votos esperados, rating en redes sociales, blogs o resultados de encuestas; además de mantener un control en la política para evitar improvisaciones. Las bondades de la comunicación política, se basan en proporcionar a las y los ciudadanos el canal de comunicación de sus necesidades y preocupaciones, para que sean atendidos de manera sensible.

Debemos tener cuidado con la desinformación o propaganda oscura, que solo tiene como objetivo amenazar, denostar, calumniar, destruir la vida política y social del adversario. Estas malas prácticas deben de erradicarse de un proceso electoral, ya que el destino de la no comunicación política, es eliminar de la contienda electoral a los opositores, logrando afectar a personas, partidos políticos y organizaciones de una forma desleal y contraria a los valores democráticos. Por ello, esta práctica desleal deberá ser excluida o sancionada por la autoridad electoral competente.

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