Perspectiva Electoral
Por Marcos Pineda
Los procesos internos de los partidos para seleccionar a las mujeres y los hombres que contenderán en las próximas elecciones ya están en marcha. Los nombres de una gran variedad de aspirantes comienzan a darse a conocer. Unos por ellos mismos y otros por terceros interesados, de alguna manera.
En lo general, podemos distinguir dos tipos de grupos entre las y los aspirantes. Los de los partidos tradicionales y los de los emergentes. En el caso de los primeros, quienes buscan la candidatura son, en su mayoría, ya bien militantes de tiempo atrás, conocidos entre sus filas partidarias o bien con cierta trayectoria pública. Ellos mismos se han convencido, o alguien de sus correligionarios los convenció, de que podrían obtener la candidatura y que al través de una buena campaña tendrían posibilidades de ganar las constitucionales. La efervescencia en esos partidos y sus aspirantes está creciendo de forma acelerada.
Ahí están PAN, PRI, PRD, Morena, PT y hasta el Verde. Pero donde hay una sensación de que lo más difícil es lograr la candidatura es en Morena. Buena parte de esos morenistas creen que ganando la candidatura ya están del otro lado, que ya es cuestión de tiempo para lograr sus aspiraciones de ser electos o relectos, según el caso. Morena vive, en muy poco tiempo, circunstancias iguales o casi iguales a las que vivió el PRI en su periodo de partido hegemónico, cuando la idea predominante era que no importaba quien fuera la candidata o el candidato, por el hecho de salir cobijados con la marca en el poder y la bendición de arriba, era suficiente para ganar. En los otros partidos, a los que ya se les dice tradicionales, la apuesta es a que su capital político, su campaña y el desgaste de los morenistas y del presidente López Obrador, de Cuauhtémoc Blanco, de los actuales diputados y los presidentes municipales, que han hecho un pésimo papel, les abrirá posibilidades de obtener el triunfo en las urnas.
En los otros, los partidos emergentes, las candidaturas se están y se seguirán ofertando como si se tratara de la elección de un desayuno en restaurante. A la carta, es decir, una por una, o en paquete, donde el partido ofrece a un determinado candidato que coloque toda la batería de candidatas y candidatos, a fin de llenar las posiciones que la ley obliga a registrar para tener derecho a contender.
Una de las ideas equivocadas que circula en el ambiente es que tal cantidad de partidos y candidatos, 23 partidos, 36 presidencias municipales y el cuerpo edilicio, 20 diputaciones locales y cinco federales, a los que, si sumamos a los representantes de las candidaturas ante los diferentes órganos electorales y los de casilla, que tienen obligación y derecho de registrar, será una gran cantidad de personas la que participe en el proceso electoral. Y eso no es del todo cierto.
La realidad será que muy pocos partidos van a contar con candidatos para todas las posiciones en juego. En muchos lugares no habrá representantes de los candidatos en los órganos electorales y mucho menos en las casillas. A última hora, cuando esté por vencerse el plazo para el registro definitivo de candidatos todavía estarán buscando afanosamente ciudadanos a los cuales ofrecerles, estas candidaturas que dijimos podrán ser a la carta o en paquete. Y un tanto así ocurrirá con la inscripción de representantes ante los órganos electorales y para las mesas receptoras de la votación.
Y para iniciados
En Morena ya quedó claro que la selección de candidatas y candidatos será por encuestas. Ya en otros momentos y lugares ha habido mucha inconformidad, incluso deserciones, porque a veces no les han enseñado ni los resultados y a los aspirantes descartados les exigen que se sumen y, como se dice coloquialmente, que no hagan olas. Si los aspirantes no tienen mediciones propias, confiables, técnica y profesionalmente bien hechas, serán muy fáciles de descartar en las contiendas internas. Y otra vez, como dice el popular refrán, les pueden hacer de chivo los tamales.
Excelente inicio de semana.
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