Perspectiva Electoral
Por Marcos Pineda

Muy rápido se ha extendido el rumor de que Sergio Estrada Cajigal, expresidente municipal y exgobernador de Morelos, podría ser candidato a alcalde capitalino, ahora como propuesta de un partido de nueva creación.
Las siglas partidarias que cobijarían la candidatura de Estrada son las de Fuerza Social por México, uno de los tres nuevos partidos políticos con registro nacional, creado y dirigido por Pedro Haces Barba. Hoy aliado y defensor a ultranza de la Cuarta Transformación de López Obrador, el senador suplente de Morena, con licencia, que afirma, junto con sus operadores cercanos, contar con la bendición presidencial, no sólo ha sido secretario de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM). A los 25 años, ocupó la subsecretaría de Pesca y luego fue diputado federal. Es uno más de los expriistas que se sumaron a Morena en el 2018. Militó desde 1981 en el Partido Revolucionario Institucional, ocupando diferentes cargos en ese partido, al paso del tiempo.
Al inicio del mandato de Andrés Manuel, suplió a Germán Martínez, propietario del escaño senatorial al que regresó después de renunciar como director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, en medio de una fuerte polémica por su desacuerdo con las políticas de AMLO y Hacienda, Haces Barba pidió licencia a su nuevo partido, Morena, para dedicarse a la construcción de Fuerza Social por México, incluyendo para ello a distintas figuras morenistas y priistas.
Ahora Pedro Haces está urgido de votos para conservar el registro ante el INE, aunque tiene claro que será insalvable que pierda la patente electoral en varios estados de la República. La invitación para hacer a un exgobernador, candidato a presidente municipal, obedece a esa lógica de atraer a quienes pudieran representarle votos en cantidades suficientes para alcanzar el objetivo principal: conservar el registro y no porque considere que Estrada es la mejor opción para el pueblo de Morelos.
Habrá quienes tengan buena o mala impresión del paso de Sergio Estrada por el gobierno de la capital y de la entidad. Lo cierto, es que terminó enfrentado con la cúpula panista y una vez dentro de la política, a la que se incorporó porque ni los panistas de aquel entonces querían aceptar la candidatura que lo catapultó para llegar a gobernador, ya nunca la dejó del todo, aunque se mantuviera algo lejano públicamente. De los que nunca se alejó fue de los priistas, tanto así que apostó por apoyar la fallida candidatura a síndico municipal de José Luis Gómez Borbolla en 2015, y luego, su también frustrado intento por ser presidente municipal en el 2018.
¿Qué oportunidades de ganar tendría Sergio Estrada frente a José Luis Urióstegui, por el PAN-PSD, y Jorge Argüelles, por el PSD-PNA y la marca Morena, sin el apoyo de los morenistas? Eso lo mediremos pronto en una encuesta. Por lo pronto, lo que salta a la vista es que, si Estrada no gana, sí dividiría todavía más la escasa votación que se espera para las elecciones de este año, lo que, a la vez, abriría más posibilidades al voto diferenciado y no en cascada, más por nombres que por siglas, alterando la actual intención de voto, con lo cual podría haber sorpresas que beneficiaran incluso algún otro de los aspirantes que logren su candidatura.

Y para iniciados
Ha pasado ya mucho tiempo desde que Estrada fue aquel joven candidato a presidente municipal, que se le vio como nuevo y carismático rostro, que dejó una buena impresión como alcalde en los capitalinos y una mala como gobernador. Como suele suceder en política, muy pronto comenzarán a recordarle los yerros y escándalos que le dieron fama nacional. No obstante, me queda claro, que dar a conocer en calidad de trascendido su posible candidatura, es una estrategia para valorar qué tan bien o mal podría irle en las urnas, siendo él, el principal interesado en saberlo.
Excelente mitad de semana.
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