Perspectiva Electoral
Por Marcos Pineda
La reciente resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) obligó al Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (IMPEPAC) a registrar como un partido político local, adicional, al denominado “Armonía”. No se trata de una graciosa concesión de parte de la autoridad local ni del otorgamiento de un merecido triunfo para esta organización, que podrá postular candidatos en las elecciones del año que está por iniciar. No. Le corrigieron de nuevo la plana, tanto al IMPEPAC como al Tribunal Electoral del Estado de Morelos (TEE).
Lo llamativo no es que una vez más las decisiones del IMPEPAC y del TEE sean revocadas por un órgano jurisdiccional superior. Eso ya es lo usual, a nadie sorprende. El acento se encuentra en otro lado. La acumulación de 23 partidos políticos con registro vigente en Morelos es un hecho, cuyas causas merecen ser estudiadas, no sólo para entender qué es lo que está pasando, sino para hacer las adecuaciones necesarias a la ley, a la aplicación de los procedimientos en materia electoral y en la auscultación a fondo del desempeño de las autoridades electorales locales.
Por un lado, la creación de nueve partidos políticos locales nos habla no del fortalecimiento de la voluntad de los ciudadanos para participar activamente en la política electoral, sino de la cerrazón de las opciones partidarias para abrir espacios a quienes no formen parte de las cúpulas que los dominan. Por eso, los desencantados, con cierto nivel de convocatoria, optaron por generar su propio partido, siempre con la venia y el apoyo de los que atrás de ellos mueven los hilos que los manejan.
Por otro lado, habría que revisar la confección de la ley y los reglamentos para el registro de nuevos partidos políticos, porque la actual ha resultado incongruente, en la práctica, con las leyes federales. Dado el tipo de sistema electoral mixto que tenemos en México, y que ya hemos explicado en otro momento, sí es de esperarse el registro de nuevos partidos, pero no tantos. Y una de las causas de que ello haya sucedido pueden ser las propias leyes electorales, que así lo permiten.
Y por un tercer lado, no menos importante que los anteriores, se encuentra la evaluación del desempeño de las autoridades electorales locales, para saber si la revisión del cumplimiento cabal de los requisitos no gozó de favorecimientos indebidos, ya sean por descuido, falta de capacidad técnica o de plano premeditados. Sabemos de sobra, y se puede demostrar documentalmente, que varios de los consejeros electorales no han sido los más preparados para ocupar esos cargos, y se trata de saber si eso ha influido en su desempeño colectivo.
Lo cierto y claro es que habrá 23 logotipos de partidos políticos en las boletas locales. Mucha confusión entre los electores y muy poca certeza de qué partido representa qué y a quién. Una gran cantidad de aventureras y aventureros ocasionales aceptarán ser candidatos a puestos de elección popular, para cubrir los requisitos que se exigen para participar en la contienda y ni aun así habrá, entre los nuevos partidos, ninguno que logre registrar candidatos para el total de los puestos en disputa. Muchos perderán su registro. Y quedará claro que los recursos públicos asignados a esos partidos no fueron una inversión en la democracia, sino un gasto inútil dentro de la misma.
Y para iniciados
La dirigente de Renovación Política Morelense, Leticia Salgado, señaló como inequidad la imposibilidad legal de que los nuevos partidos puedan hacer alianzas en la primera contiendan que participen. No es así, el espíritu de esa norma pretende hacer que los nuevos partidos demuestren que en realidad cuentan con el respaldo de un mínimo de electores que acudan a votar por ellos el día de las elecciones y si no, que se les retire el registro. Ya de por sí las leyes actuales en lo local para sus registros resultaron muy blandas como para que también quieran tener candidatos y elecciones peladitos y en la boca.
Excelente martes.
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