Por Jorge Meade Ocaranza
En Morelos, como en casi todo el país, los partidos políticos descuidaron la formación, capacitación y promoción de líderes que lucharán por el desarrollo democrático del Estado. Es decir, hombres y mujeres
comprometidos, congruentes, responsables que sepan responsabilizar a los demás al día de hoy. Surgieron nuevos actores que arribaron en esta coyuntura y participan en la vida política de Morelos desde los últimos 4 años; llegaron de fuera en su mayoría, sin residencia y sin arraigo han pretendido sustituir esta deficiencia (y en algunos casos argumentando malos resultados y acciones de gobierno). Solo han sido motivados e impulsados por una ambición desmedida de poder, haciendo negocios y ahora mostrando enriquecerse con recursos públicos. En pocas palabras, están empeñados en desplazar desde el poder y con los recursos públicos a los morelenses.
Los intereses que persiguen están muy alejados de buscar el beneficio de la población, por el contrario, todo lo ven como negocio y sus propósitos son claros porque no tienen ningún principio, valores, y asimismo, utilizan todos los medios para descalificar a los morelenses. Al señalar, distraen y evitan ser vistos y juzgados.
La confrontación entre la clase política morelense, los cacicazgos dentro de los principales partidos, encontraron campo de cultivo por esta legión de arribistas, incluso hubo quienes están tan confrontados, que prefieren unirse con extraños solo con el ánimo de que no avance con quienes no coinciden. Ofrecen obras, contratos, recursos financieros y materiales a familiares y amigos de quienes se les suman; ha sido un tóxico y eficaz procedimiento para seguir ahondando las diferencias entre los morelenses; los de fuera (que se sienten iluminados), dirigen y hay quienes se les suman. Este nocivo proceso, ha permitido que la Constitución del Estado sea violentada sin consecuencias; el marco jurídico no ha sido motivo que no puedan salvar estos corruptos y corruptores y hasta a la autoridad electoral se llevaron de paso.
En el 2021, es claro que tratarán de avasallar, ofrecer candidaturas y recursos que ya son un síntoma que se ve y siente. Siempre encuentran a quien alimentar su odio o resentimiento para que se les sume; la red está tendida, no aportan nada, apoyan a morelenses con los mismos recursos de los los morelenses; con recursos públicos disfrazados y los que se suman son utilizados hasta que sirven a los intereses de estos, -cosa que quedó demostrada dentro de la administración del gobierno-. En este sentido, los mejores secretarios de los pocos morelenses, los vieron como un utilitario: los tuvieron mientras servían.
En el 2021, los morelenses tenemos la obligación en participar en la construcción de un nuevo escenario político y social, por lo que a partir de ahora, debe ser una tarea constante el exigir y recuperar la dignidad de la vida política del Estado que han destruido y vituperado. Hemos sido permisivos de los excesos y abusos con el grupo que está hoy en el poder, por lo que es tiempo de evitar que se siga deteriorando la vida política y social de Morelos, así que independientemente de las legítimas aspiraciones de cada uno, es responsabilidad de todos que no permitamos que se siga comprometiendo el presente y futuro del Estado, por un puñado de hombres sin escrúpulos, llegados de fuera. Está en los morelenses aquí nacidos y arraigados hacerlo.
Aquí estamos los verdaderos morelenses de distintas generaciones, regiones y distintas ideologías y es necesaria una conciliación para buscar la reconciliación. Es decir, debemos unirnos; no hay argumentos que valgan o tengan un peso más grande que recuperar la armonía, paz, seguridad, el crecimiento de la economía, el empleo para los morelenses, el no dejarse tentar por recursos financieros de oscura procedencia o alguna candidatura y pensar sólo en el inmediatismo o en el corto plazo tendrá consecuencias irreparables para todos y para las presentes y futuras generaciones. En Morelos existe un recurso humano muy valioso: el de la unión de todas y todos; de mujeres, hombres, jóvenes que aman el Estado. No necesitamos de figuras de papel, huecas, vacías e irresponsables que sigan dañando a Morelos.