Por Jorge Meade Ocaranza

De una larga tradición e identidad, la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos en Morelos, fue durante largos años la organización política más representativa de los hombres y mujeres del campo del Estado. Fue quizás este sector, el que más logró espacios políticos en el PRI durante una época; desde regidores, síndicos, presidentes municipales, hasta legisladores locales y federales. En aquella fecha, Don Antonio Riva Palacio fue impulsado por ese sector y fue gracias a los morelenses y orgullo de su paisanos, que logró ser coordinador de las cámaras de Diputados y Senadores, hasta llegar a la Gubernatura por la CNC, en Morelos transitaron dirigentes de gran calado y grato recuerdo para los hombres del campo; todos originarios de distintas regiones y municipios del Estado, como Roque González Urriza, de Jojutla, así como Isaac Gutiérrez Rebollo, del oriente de Morelos (quien posara junto su caballo para el Monumento Ecuestre del General Emiliano Zapata); también tuvimos a Heladio Gutiérrez, de Yautepec, Héctor Placencia, de Ayala, a Gerardo Flores de Xochitepec, Albino Franco Escobar, de Miacatlán y a Félix Flores, de Cuautla. Y así podemos enumerar a líderes campesinos reconocidos por su congruencia y valor en defender las causas del campo y sociales. Luego surge Amado Orihuela a fines del siglo pasado como dirigente de su región y posteriormente salta a la liga.

Su poderío económico personal avanzó rápidamente, así como también la pobreza y abandono de las familias del campo; próspero y solitario campesino, en lo que de ganar se tratara. Posteriormente, Amado Orihuela se apodera de la CNC y a través de ella, asumió distintos cargos como la organización cañera y los recursos que maneja, le permiten controlar estructuras, (Esto sumado a la pérdida del PRI del gobierno) y se convierte en un líder de bastos recursos; transitó con los gobiernos panistas y perredistas, siempre pactando y negociando para él; su vida mejoró y la vida de los campesinos empeoró. Es decir, se convirtió en un cacique de la zona cañera capaz de todo; Rosalina Mazari es la única de la región que le compitió en cuanto a estas prácticas, quien un día intentó ser líder de la CNC y Amado se lo impidió, pero la nativa de Puente de Ixtla, tiene otras formas de que la protejan y aprenden a convivir.
Amado ha hecho un coto de poder y un brazo electoral con la organización cañera en Morelos, para su beneficio y solo encontró equilibrios con Félix Flores, con quien goza de afectos y reconocimiento; Amado a él no lo confrontó, y mejor lo prefiere sumar.
A unos días del proceso de renovación de este sector campesino del PRI, Amado Orihuela vuelve a querer controlar la sucesión como lo viene haciendo hace ya casi dos décadas y su balance ha sido poner líderes incondicionales a costa de que la CNC, esté siendo abandonada por los campesinos. A Amado Orihuela le urge ser diputado y pregona que “la tiene asegurada por el PRI”, además de que amaga con irse a otros partidos, donde difícilmente por su prestigio y forma de operar podrá ser aceptado. Es un vigoroso PUMA para exigir cargos dentro del PRI, pero es un manso gatito con los gobernadores en turno para defender las causas del campo. Su actuación en la actual administración de Cuauhtémoc Blanco, causa vergüenza porque se sumó a todo; es decir, desde antes, se puso al servicio de MORENA y el PES arrastró a todos y el ganó. A unos días del relevo de la dirigencia, es necesario que la Dirigencia Nacional de este sector, revise bien sus decisiones o hundirá más y enterrará la liga. Información y testimonios sobran, donde sin duda la opinión del dirigente del PRI en Morelos debe ser considerada.

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