Por Jorge Meade
Impulsada por el presidente Lázaro Cárdenas, y siendo la organización histórica de los campesinos de México, la CNC organizó y abanderó durante largos años las causas y aspiraciones de productores, trabajadores y familias del campo.
Quienes han sido sus dirigentes en el contexto nacional, aún continúan impulsando sus trabajos, destacando Augusto Gómez Villanueva y Beatriz Paredes Rangel, entre otros.
Su actual dirigencia nacional, al frente de Ismael Hernández, inició un proceso de renovación de sus comités regionales campesinos y ligas de comunidades agrarias en distintos Estados del país.
Durante largos años, los cacicazgos locales en Morelos la han desprestigiado y llevado a ser una organización de camarillas. Esto, llevándola a estar muy alejada de las aspiraciones de los campesinos de la tierra del General Emiliano Zapata. En pocas palabras: los dirigentes campesinos se hacen ricos y los hombres del campo más pobres.
Son quizás Roque González, Heladio Ramirez y Félix Rodríguez quienes fueron auténticos hombres del campo que dieron brillo a la organización. Don Antonio Rivapalacio e Ignacio Guerra también la impulsaron, así como también fue importante la participación de Jesús Bello Espíritu.
Es Amado Orihuela el dirigente que abandonó las causas de los campesinos para ser comparsa de los gobernadores en turno. Fiel a su costumbre, no solo acaparó las organizaciones cañeras sino que su ambición y poderío se extendió hasta la liga; nadie puede ser dirigente de la liga si Amado no está de acuerdo.
Hace unos días, se conoció la renuncia en el PRI, del que fuera el último dirigente de la CNC en Morelos: Juan Carlos Rivera. Y la verdad, a nadie sorprendió, porque ya desde hace mucho estaba fuera, solo formalizó su paso por la organización campesina; la sumió en el abandono, la corrupción y en el centenario de Emiliano Zapata, la figura del general sufrió los peores agravios por parte del Gobierno del Estado, incluso su monumento en Cuernavaca se trasladó a otro sitio con su complacencia y el orador en su aniversario lo encabezó el amigo Español más querido de Cuauhtémoc Blanco, con la complacencia de Rivera.
Al igual que Amado Orihuela, a Juan Carlos Rivera le fue muy bien con el PRI y la CNC. Es decir, ambos fueron presidentes municipales, diputados locales, federales y su paso por el partido y la liga a ambos les cambió la vida. Han sido muy cuidadosos de llevarse bien con los gobernadores en turno, e incluso un poco de fertilizante ayudó para llevarlos a su sede. La única mujer que aspiro a ser dirigente los últimos años, fue la diputada Rosalina Mazari, quien acusó a Amado de tramposo en su momento. No llegó, perdió la elección; su forma de hacer política los identifica; los ideales y principios del partido y la organización no los mueven; son sus intereses particulares quienes no permiten que trabajen para el partido, lo hacen para ellos. Son solitarios en los beneficios, todos son prósperos y a todos usan.
Para el próximo proceso, Juan Carlos Rivera, Amado Orihuela y Rosalina Mazari quieren ser diputados. El partido y las siglas no les importan, están y estuvieron en el PRI mientras les sirva; han sido serviles con los gobernadores, han resuelto su economía y al día de hoy, los campesinos están más pobres. Pronto vendrá la renovación de la CNC en Morelos y el señor de Mazatepec ya está viendo a quien imponer; no olvidemos que hay elecciones el 2021.
Los campesinos de Morelos merecen un mejor destino y una organización con dirigentes honestos, con principios, ideales y que realmente les interese el campo.