Jorge Meade*
El PRI en Morelos cumple 20 años sin gobernar el Estado e irónicamente sus opositores lo siguen haciendo responsable de las condiciones en que se encuentra. Sin duda, la pluralidad y la alternancia tiene sus positivos, pero también sus consecuencias.
Felipe Rivera Crespo, Lauro Ortega y Antonio Riva Palacio, quienes fueron gobernadores, formaron cuadros y abrieron espacios a nuevas generaciones, por lo que gran parte de mi generación surge de la Universidad del Estado de la mano de Armando León Bejarano y de la Federación de Estudiantes.
Corría el año de 1988 y Antonio Riva Palacio, quien fuera candidato a gobernador, nadie dudaba de su triunfo; toda una vida lo esperó y posteriormente gana en marzo de ese año. Para el mes de julio, se pierde en gran parte del país la elección presidencial con Carlos Salinas y parecía inexplicable como en tan solo 90 días se modificó la voluntad ciudadana; cabe destacar que en julio de 1991, el PRI se recuperó, siendo Luis Donaldo Colosio el dirigente nacional donde partícipe como Secretario General y Presidente del partido en el Estado.
Por otro lado, en ese entonces las figuras morelenses más destacadas recaían en Juan Salgado Brito, José Castillo Pombo, David Jiménez Gonzalez, Ángel Ventura Valle y Rodolfo Becerril (este último incorporándose a nivel estatal), “de ahí tendría que salir un gobernador”, decíamos.
Luego, Jorge Carrilo Olea irrumpe, oriundo de Jojutla, con una larga carrera en el centro del país.
La crisis de 1998 por la inseguridad, hizo que culminara con la separación de su cargo con 50 secuestros en 4 años y violencia impulsada su salida desde la Presidencia de México lo consuman. Paradójico tan solo al día de hoy, en la actual administración del Gobierno de Morelos, van más de 2000 muertes violentas en dos años y no aún no pasa nada.
Fueron en esos años, donde surgieron nuevos liderazgos del oriente de Axochiapan como Maricela Sánchez Cortés revolucionó con las mujeres, impactó y creció. Luego, en la región del sureste surge Amado Orihuela de Mazatepec, entonces modesto líder que al amparo de los cañeros crecería. Las divisiones y enfrentamientos entre los naturales a la gubernatura fortalecen el crecimiento de los nuevos liderazgos; es decir, llega Maricela Sánchez de candidata, muchos le regateamos, más por los priistas que por los opositores no ganó, más que las fortalezas del PAN y del PRD las divisiones del PRI restaron.
Fue en el año 2009, que el priismo resurge: Beatriz Paredes líder nacional y la corriente de Maricela Sánchez lograron avanzar, surgen nuevos liderazgos como Manuel Martínez Garrigos junto un grupo de jóvenes de Cuernavaca y después de varios intentos logra ganar y recuperar la capital para el priismo.
La sucesión del 2012, fue el momento más cercano para recuperar la gubernatura a nivel nacional porque la figura de Enrique Peña Nieto arrastraba. Los conflictos y enfrentamientos dentro del PRI en Morelos hicieron daño.
Amado Orihuela surge como candidato: pasó sobre todos, el apoyo del líder nacional cañero, de la maestra Elba Esther Gordillo y otros nexos definieron para él la candidatura, luego Manuel Martínez (para muchos el más fuerte), se replegó, Maricela Sánchez con gran presencia se disciplinó, observó de cerca y me designa el candidato Peña Nieto como su coordinador de campaña, después de cumplir tareas nacionales.
El estilo de Amado Orihuela sale a relucir las condiciones del PRI, es decir, en lo nacional eran las mejores, la elección del 2009, permitió una base estatal priista fuerte.
Inició la campaña de Amado Orihuela con 25 puntos de ventaja, con recursos humanos, financieros y políticos como hace mucho no se tenían y no se dudaba: el PRI recuperaría la gubernatura. Amado -como muchos-, menospreciaban a Graco Ramirez; “es un fuereño desarraigado”, decía Amado. “Para perder hay que hacer lo imposible”, decíamos. Amado hizo a Matías Nazario su coordinador de campaña a quien se le fueron acabando los argumentos para justificar todos los excesos y descuidos de Amado; impuntual, soberbio, sin prepararse, indolente, los festejos sin ganar lo fueron desgastando, el PRI perdió su mejor oportunidad de recuperar el Estado.
Desde entonces sin aceptar sus errores y excesos, pregonando que lo negociaron, Amado se convirtió en el mayor mercenario y depredador silencioso y oculto del PRI; construyó una estructura paralela negociando siempre presidencias, cargos regidores, comités municipales a su servicio y no del partido; hacía que en regiones el PRI perdiera y el ganaba por su ambición y sin límites, le agarró el modo: miente, engaña, premia, castiga, negocia con todo y todos; los cañeros (su caja chica), los campesinos, pobres, y él muy rico se convirtió en el mayor corruptor de los jóvenes en la política; los ayuda, les dice por cuál partido ir y a quien apoyar, los campesinos le temen, dicen cuídense es capaz de todo, Hoy vamos apoyar al PRI, ayer al PRD, ahora PES y a MORENA: en pocas palabras, a todos les saca un poco. Viene el 2021 y ya inició la estrategia de “Pone y quita” en el PES y el PT. “El PRI me prometió una plurinominal federal”, dijo.
Amenaza con irse siempre a otro partido, lo dudo quien lo recibiría, sin lealtades ni convicciones es el solo el, ahora ya cuesta mucho y aporta poco.
En el último proceso la aplicó de nuevo: todos perdimos y solo ganó él.