Por Pave Soberanes

Larga Vida

  • Aprueba Juris Doctor Examen Ordinario
  • El Extraordinario es de Votos en 2021
  • Con los Atentos Saludos de la Cuatroté

El calendario de exámenes ordinarios fue presentado por el Partido Encuentro Solidario con dedicación, y aprobó todas las pruebas, incluso utilizando un acordeón de respaldo religioso en sus exposiciones de laicidad. La ratificación del fallo del INE, que concluyó anoche con el otorgamiento del registro como partido político de parte del TEPJF, obligaba a la celebración en el residencial Club de Golf Tabachines.

El festejo por el triunfo político del PES, envuelto con un moño rojo grande y la tarjeta en cartulina opalina de la Cuatroté, con la leyenda «Con los atentos saludos», debió ser discreto. «No hemos ganado nada», estuvo obligado a declarar en la mesa, levantando su vaso de agua de flor de Jamaica, su líder nacional, Hugo Éric Flores, a esas horas de la noche reposando su nombramiento federal en la repisa. ¿Ya va a anunciar si deja el cargo federal para ser dirigente nacional del partido de su propiedad?

Ahora viene la prueba más difícil: aprobar el examen extraordinario en las urnas para sin perder las votaciones, mantener el registro en 2021, ante un sinodal académico, no eclesial -faltaba más-, y exigente: un ciudadano cada vez más politizado por mejor informado, que está obligado por experiencia propia de decepción, a no cometer el mismo error de 2018, de votar por el aventurerismo y la improvisación.

¿Con qué candidatos para enfrentar a tiburonazos de otros acrónimos, en las intermedias de junio y tratar de mantener el registro local y nacional? El PES está impedido por la ley a ir en alianza con otros partidos políticos. En solitario -tiene la coartada de las candidaturas comunes, pero sin tener mano en las decisiones-, hará más difícil conseguir votos, ser contados a su favor y ganar distritos y municipios, manteniendo el registro como partido estatal.

El festejo se imponía mayor si la abusiva reforma electoral aprobada por la Legislatura 54 hubiera sido consentida por la autoridad jurisdiccional federal, pues el PES podría ir en alianza no obstante ser partido nuevo. Eso y más se puede en Zapote 3, la dirección exacta que no acata el principio universal de Quien puede lo más, puede lo menos. Lo que no se debe hacer a nivel nacional, sí se puede a nivel estatal. Para eso prevalece la corrupción política en la casa de la democracia violentada.

Las bolsas millonarias en oficinas clave del poder Ejecutivo, presentado como presupuesto «social» cuando es electoral, con incrementos que aprobarán alegremente diputadas/os, relamiéndose los bigotes, pues el que se baña salpica, servirán para hacer ganar al candidato de Palacio de Gobierno, ese que irresponsablemente irresponsable colgó la etiqueta de narcotraficantes sin comillas a los 11 masacrados -una mujer embarazada y su bebé de 16 semanas dentro suyo, entre ellos- en la colonia Antonio Barona y quien precisó que el gobernador «no es Dios» (ni gobernador) para resolver inseguridad y violencia.

Pero Jorge Argüelles podría no ser candidato a gobernador de Morelos, aun antes siendo presidente municipal de Cuernavaca, lo cual resulta complicado yendo ahora en último lugar él y su partido pese a sus encuestas cuchareadas. De ahí que en Tabachines, ya no en Palacio de Gobierno ni en Chimalacatlán 16, haya surgido otro nombre, morelense de nacimiento, probado en las urnas: Alfonso de Jesús Sotelo, el amigo de Cuauhtémoc Blanco, hombre de todas sus confianzas, su confesor, sí, el de la sonrisa tatuada que hasta al América le va siendo inteligente.

En La hora de las complacencias musicales -en la XEJC, al micrófono Guillermo Vergara y Alonso (+): «Le tomamos la palabra a Maria Conchita Alonso: Acaríciame»-, ¿por quién vota? Argüelles no es morelense, circula su acta de nacimiento en el Distrito federal y un documento apócrifo municipal expedido en el pueblo de Chamilpa, y Sotelo tan lo es, que dice «Sí, pues» y «Ora».

¿Por quién vota?

letraschiquitas

El sábado 24 de octubre Mario Delgado será declarado presidente de MORENA, al conseguir seguramente las simpatías de la mayoría, contra esa minoría que respalda a Porfirio Muñoz Ledo, el apoyador y encubridor del represor  Gustavo Díaz Ordaz, cuyo nombre lleva abusivamente una calle de Cuernavaca, que debía ser cambiado***. ¿Presupuesto participativo significa cañonazos obregonistas o carrancistas? Eso piden aplique Cuauhtémoc Blanco los diputados Alejandra Flores, Javier García, José Casas, Delia González, Cristina Guevara, Cristina Sánchez, Keyla Figueroa y Ariadna Barrera***. El diputado José Casas da pena, pena no de lástima, sino de vergüenza, al ir a quejarse de una mujer, la secretaria de Hacienda local a la que ofendió, Mónica Boggio, con otra mujer, Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, enviando un pésimo mensaje que lo coloca, además, como vulgar buscapleitos***. Amplió Cuauhtémoc Blanco su radio de acción electoral, ahora yendo a Yautepec a echarle porras al PES, donde prometió mejorar los mercados, que, cree, son fuente de votos. El recorrido por los mercados le ofreció la oportunidad de conocer caminos y centros de provisión***. El zar anticorrupción, Juan Salazar, salió de pesca y consiguió un pez flaco: Jaime Álvarez, el exsecretario de Turismo que tocará ahora a él cantar en los separos judiciales las de Emmanuel y Mijares, por apenas seis millones de pesos de ganancia ilegal***. Chupando una paleta de caramelo, el diputado del PT-PES José Luis Galindo, agradó los oídos de Palacio de Gobierno, servil: pidió sean destituidos el zar anticrimen Uriel Carmona y el zar anticorrupción Juan Salazar, quedando en ridículo, otra vez. Para ser removidos de su cargo -¿se puede destituir a alguien por hacer su trabajo?-, todos lo saben, al que llegaron por la vía de la elegibilidad y legitimidad constitucional, deben cometer causa grave y comprobable la gravedad de la causa, lo que ninguno de ellos ha perpetrado. ¿Y por qué no hace la solicitud formal ese diputado que abandonó al PT para convertirse oportunista al cuauhtemismo fugaz? Primero debe aprender el diputado a escribir para redactar implacable la solicitud formal y luego consensuar entre sus iguales -¿iguales?- con finura, de tal forma que la exposición de motivos de su pedido evite que los zares sean protegidos por la justicia federal, lo que es tan difícil como que El Morelotes se tire un gas intestinal. La ignorancia del concejal parece contagiada y contagiante, por endémica.

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