Mal de ojo
- Voto Nulo o en Blanco a Calderón
- Le Regaló Sicilia un Escapulario
- ¿Es Partido o de El Chapo Guzmán?
Por Pave Soberanes
El ciudadano Felipe de Jesús Calderón Hinojosa está a punto de conseguir su enésima derrota política, por la vía de la democracia sin adjetivos y sin necesidad de lo que es su naturaleza política y humana: campañas negras y un arbitraje vendido que consintió el fraude en 2006.
Y si hoy no le es negado el registro a su partido México Libre -la autoridad electoral institucionalizaría la infiltración del narcotráfico y se pondrá bajo sospecha de complicidad y encubrimiento-, el próximo domingo 6 de junio podría ser derrotado en las urnas por falta de votos, lo que es insuperable oportunidad para aprovechar lo que él impulsó contra los candidatos de la izquierda social: el voto nulo y/o voto en blanco, para dar continuismo al neoporfirismo depredador.
Uno de los más entusiastas promoventes del voto nulo o en blanco -en principio un boicoteo al voto libre, lo que es delito electoral- lo fue -¿lo sigue siendo ahora con Andrés Manuel López Obrador en la silla?- Javier Sicilia, convertido a vocero de los gobiernos panista y priísta derrotados con votos, millones de votos libres y secretos.
Junto a otros correligionarios del constitucionalismo electoral asaltado -una especie de cuatrerismo con micrófonos a su disposición-, la práctica del voto nulo o en blanco lo es, Sicilia desafió al naciente sistema democrático, pues lo sabe muy bien, que el efectivo sufragio efectivo constituye el arma más poderosa y pacífica para construir en bases sólidas o destruir castillos de arena.
El voto se supone como el acto cívico más puro, rehén largos años de trampas electorales en el conteo de los votos, en la compra de los mismos, porque el elector potencial se convierte a votante efectivo con ese sentimiento de pertenencia que cumple un derecho básico y cumplimenta un deber acaso nacionalista, que no patriótico.
La ciudadanización de la cosa electoral inició hace tiempo, pero se estancó en la seducción con el poder central, con la llegada de consejeros y magistrados políticos impulsados por distintas militancias. Ayer el Instituto Nacional Electoral y hoy pasado el mediodía el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, podrían hacer lo políticamente correcto, pero del lado equivocado, si no observan la ley.
Se trata de ponerse del lado de lo justo. Un expresidente y su mujer callada, que promovió y financió con recursos de todos los mexicanos una guerra fratricida, y además con el señalamiento aún no confirmado de dinero sucio, producto del narcotráfico, no merece parasitar a través de un membrete político con recursos públicos. No se puede pedir mesura al desequilibrio emocional. No puede renunciar a los excesos cuando se está en su naturaleza. El final político de Calderón, con derrota tras derrota, cada vez está más cerca. Su única plataforma de lucha política es la democrática red social del pajarito, desde donde tuitea y retuitea, como jugar al bote pateado. Su cuenta de tuiter ha moldeado al valiente ex inquilino de Los Pinos. La justicia le espera.
Invocando la estulticia reciente en la Cámaras de Senadores, pronunciada por una lectora de noticias que siguió una línea discursiva adivinable, Calderón es una especie de virrey de los deudos revictimizados y los muertos inocentes, habiendo otras materias primas para alargar el mote.
En 2015 y 2018 Sicilia llamó sistemáticamente a boicotear las votaciones. Lo hizo una ocasión en La estela de luz, el monumento a la corrupción que Calderón cobró como si fuera de oro de 24 quilates. «Llamamos al boicot electoral -es decir, a abstenerse de votar, anular el voto, romper la boleta, poner otro nombre, asaltar la casilla- como un acto de desobediencia civil». El vocero del calderonismo-peñismo podrá volverlo a intentar, pero con otras aún más claras intenciones contra la Cuatroté.
A Calderón y su México Libre, el partido «de mi esposa Margarita», con él de titiritero, no lo salva ni el escapulario que le entregó con devoción Javier Sicilia, para el mal de ojo.
letraschiquitas
Bien por la diputada del PRI Rosalina Mazari, en su propuesta de exhibir a los agresores sexuales y deudores alimenticios. Lo que pudiera resultar un acto misógino contra los hombres, debía acompañarse por «quemar» a las/os diputados que, como ella, a cambio de respaldo político y legislativo, consiguen una plaza laboral para sus familiares en el poder Ejecutivo. ¿Marcos Zeta cuenta como agresor sexual, diputada? Si e así, ¿por qué se abstuvo de votar se le quitaran las comisiones legislativas?***. Tan sólo para la «Oficina de Comunicación Social» -así dice el anteproyecto, la Legislatura 54 aprobará una bolsa millonaria de 72.4 millones de pesos en 2021, año electoral. Asignar por separado el monto es una trampa de las curuleras y curuleros, pues a la Oficina de la Gubernatura se le dotará de 141.6 millones de pesos que, sumados esos 72.4, aumentaría el presupuesto para el número 1 de Palacio de Gobierno, José Manuel Sanz, a 214 mdp para las campañas y las votaciones. Este año el DIF tiene un presupuesto de 344 millones de pesos, no se sabe aún cuanto en 2021***. Oportunista como es -era del PRD, después de MORENA y ahora que no le dieron el registro a su nuevo partido, el de Pedro Haces, busca reacomodarse-, Lucía Virginia Meza propuso que la dirigencia nacional de Movimiento de Regeneración Nacional respalde la tercera encuesta por la presidencia… ¡cinco días después de ser anunciada! Lo que es no tener nada qué hacer***. El presidente por tercer año consecutivo de la Mesa Directiva -una especie de Paco Moreno y Beatriz Vicera, pero más exiguo-, Alfonso de Jesús Sotelo, anunció que la deuda pública se reestructurará, lo que en realidad significa que las/os diputadas/os aprobarán un nuevo crédito al poder Ejecutivo, en tiempos de campaña electoral, acaso para la compra de votos y voluntades de las autoridades electorales***. Las comadres José Luis Galindo y José Casas se dijeron de todo en el lavadero de Gándara sin número, ayer. Ambos «legisladores» fueron carranceados por Jorge Argüelles, el diputado federal del PES que señaló de cañonazos al PT en San Lázaro. Tanto Galindo como Casas callaron el caso Zapo e irán juntos para aprobar el presupuesto 2021 y la nueva línea de crédito a Palacio de Gobierno que hipotecará el futuro de Morelos y comprometerá los presupuestos federales 20 años.
