Perspectiva Electoral
Por Marcos Pineda
La euforia con que recibieron los impulsores de los nuevos partidos políticos locales la aceptación de su registro en el estado de Morelos, tanto para contender en las elecciones del 2021 como para recibir recursos públicos con los cuales financiar sus actividades ordinarias y de campaña, ya quedó atrás.
Los festejos y las felicitaciones ahora se verán contrastados con una dura realidad que enfrentar. Una realidad que tiene dos pistas claras de aterrizaje. Por un lado, la de los recursos necesarios para sostener sus actividades partidarias y, por otro lado, la de la imposibilidad estadística de que los votos alcancen para todos.
Respecto a la primera, si ponen los pies en la tierra se darán cuenta de que poco menos de cuarenta mil pesos mensuales no son ni con mucho suficientes para mantener un partido político, pagar rentas de oficinas, personal administrativo, viáticos, gastos de representación, propaganda y demás. De algún lado tendrán que salir los recursos para operar si de verdad quieren competir en los próximos comicios.
Y ya nos podemos imaginar como de dónde podrían provenir esos dineros. Allá en la zona sur, Julio Espín y Rodrigo Gayoso tendrán que entrarle para seguir financiando sus proyectos y volver a figurar, ellos o sus allegados, en la escena pública. Fidel Demédicis pues ya sabemos que es experto en pasar la charola, en juntar recursos entre sus dirigidos. Matías Nazario tendrá también que ir soltando prenda y no dejar solos a quienes hasta ahora han financiado su proyecto. ¿Pero qué creen? La fórmula preferida, por estos personajes y por los demás nuevos líderes partidarios podrían ser la de llamar a la colaboración, cada quien con lo que pueda, que cada quien se gane su candidatura financiando lo que haya que financiar en sus respectivas comunidades. Y de nuevo ¿qué creen? No les va a funcionar.
La política en la práctica en el estado de Morelos está tan manoseada, tan pervertida, tan adulterada que los tradicionales líderes de colonias, barrios y pueblos no está dispuestos a colaborar, a dar, sino, como lo han hecho durante sexenios, están ahí para ver qué reciben, cuánto ganan y de qué se aprovechan.
Con esos mañosos líderes populares, los de siempre, los que venden sus famosas estructuras al mejor postor, elección tras elección, los nuevos partidos no irían a ningún otro lado que al de la derrota y a la pérdida de su registro, si no es que incluso hasta a enfrentar procesos judiciales por malos manejos de los recursos públicos.
Si los partidos nuevos quieren ganarse un lugar no en las elecciones del 2021, sino en las del 2024, deben convertirse en auténticas opciones para los electores, no en uno más de lo de siempre, con los líderes de siempre y con las prácticas de siempre. Mañana hablaremos de cómo, en la otra pista, la de los votos, las cuentas tampoco salen. No podrá haber votos suficientes para todos.
Para iniciados
El fundador e indiscutible líder moral de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado Rannauro, ya tiró línea a sus comités estatales: van a ir solo en la contienda federal del 2021. Ahora, en Morelos deben estar sumamente preocupados los líderes locales, aunque ensimismados y sin hacer acto de presencia pública, deben estarse preguntando cómo le van a hacer para enfrentar una elección local tan compleja como la de Morelos. Julio César Solis quizá tenga claro que la adhesión y muy probable candidatura a presidenta municipal de Maricela Jiménez, no es suficiente. Ya se quedó dos veces en el camino para ser diputado plurinominal. ¿Quizá ahora sí pueda ser para él la tercera la vencida?
Excelente jueves.
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