Perspectiva Electoral
La guerra de las encuestas
Por Marcos Pineda
Hace más de diez años decidí titular así, como La Guerra de las Encuestas, a un artículo académico de fondo, que finalmente fue publicado en Europa, por el Centro de Estudios de México en la Unión Europea. La intención de ese pequeño estudio era demostrar que la publicación de encuestas a modo no tiene efectos en la decisión de voto de los electores, que se equivocan los asesores de marketing electoral y los candidatos cuando apuestan a tratar de convencer a los votantes a través de publicaciones donde aparenten que van ganando en una determinada contienda.
El comportamiento electoral se define por otros factores, no por la publicación de encuestas y menos si son a modo, es decir, cuchareadas o falseadas. Con base en un análisis cuantitativo serio y profundo se puede demostrar que las encuestas a modo no influyen en el ánimo de los votantes, A lo mucho, llegan a influir en el ánimo de los equipos de campaña de los candidatos, ya bien que suban o bajen la intensidad de su compromiso con el candidato, el partido o la campaña de que se trate. Pero no alteran la decisión del votante en general, ni siquiera cuando se ha intentado hacerlo aduciendo la necesidad de impulsar el llamado “voto útil”.
Y como muestra un botón: en ningún lugar de Europa y en ninguna elección de un país desarrollado, con una democracia consolidada, funcional y eficiente, son publicadas encuestas hechas a modo o cuchareadas. Al contrario, las encuestas que se publican son útiles como puntos de referencia y para el análisis, pero no como herramientas de marketing electoral en las campañas.
Sin embargo, en México, fieles a su costumbre de hacer política como sinónimo de engaño o simulación, sigue habiendo políticos que no lo han entendido, que no saben para qué sí sirven las encuestas y para qué no. Y usan a los encuestadores faltos de ética o a novatos en el área de la investigación demoscópica para entrarle a una guerra de encuestas que en nada favorece la construcción de una sociedad informada y participativa. Todo lo contrario, nada más la confunden, al grado de que en México los estudios preelectorales han perdido mucho de su credibilidad.
Hoy, esa guerra de encuestas la inició ya Morena, en torno a la designación por este medio de sus próximos dirigentes nacionales. Vemos ya en redes sociales una serie de encuestas y encuestadores, que publican resultados tan diversos, tan contradictorios, tan carentes de credibilidad, que solamente los más inocentes podrían creérselos. Unas dicen que ganará Gibrán (se oyen risas), otras que Delgado, otras que Muñoz Ledo y algunas que Rojas (y se siguen oyendo risas).
Tres encuestadoras de prestigio y trayectoria darán pronto los resultados. Y en nada habrán influido las publicaciones de encuestas a modo tratando de aparentar que uno u otro lleva la delantera.
Para iniciados
En Morelos también hay quienes ya quieren iniciar la guerra de las encuestas. Una de esas es la que circula poniendo a Jorge Argüelles, antes un perfecto desconocido en la entidad, y ahora presidente del PES local y beneficiario de la ola López Obrador con una diputación federal, que literalmente le cayó del cielo, poniéndolo en primer lugar, rumbo a las elecciones por la presidencia municipal de Cuernavaca. ¿Cómo la ve? ¿A poco usted se lo cree?
Excelente mitad de semana.
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