Perspectiva
Por Marcos Pineda
Las instituciones públicas y privadas de educación, en todos sus niveles, están trabajando a marchas forzadas para adaptarse a la nueva realidad, producto de la pandemia de Coronavirus. En un primer momento, tan pronto se declaró la emergencia sanitaria nacional, buscaron, de manera mayormente improvisada, cómo seguir brindando los servicios educativos a distancia, haciendo uso de lo que tuvieran más a la mano, principalmente Internet y televisión.
Los resultados fueron más o menos aceptables, dada la precipitación de los acontecimientos y las cada vez más extendidas jornadas de distanciamiento social. Al principio, el propio presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se mostraba seguro de que el 18 de abril todo regresaría a la normalidad. Luego, en el mes de junio comenzó a referirse a la pandemia en pasado, como si ya la hubiésemos dejado atrás. Ya estamos a mediados de julio y no se ve para cuándo pueda haber semáforo verde y así los profesores, los alumnos y el personal de apoyo, puedan regresar a las aulas.
Por lo pronto, las instituciones educativas han percibido cómo la mayoría de educandos prefieren la formación presencial y se manifiestan cansados de pasar horas en contacto con sus profesores y compañeros de clase a través de dispositivos digitales. Por un lado, las instituciones públicas, que cuentan con un enorme presupuesto destinado a su operación, al menos en teoría deberían estar en posibilidades de generar un modelo pedagógico que permita enfrentar la nueva realidad. Por otro lado, las instituciones privadas enfrentan el dilema darwiniano de la adaptación o la extinción. Así es, las instituciones públicas no corren el riesgo de desaparecer porque de su adaptación se va encargar el Estado, pero las privadas que no logren transformar su modelo pedagógico a la brevedad estarán condenadas a desaparecer.
El reto no es menor, porque no se trata de simplemente cambiar la clase presencial por una a distancia, elaborando planes y programas de estudio más concretos y directos, como quisieran hacerlo parecer ciertas y muy obtusas mentes reduccionistas. Se trata de un conjunto muy amplio de estrategias didácticas, de la transformación del modelo tradicional a uno que se desarrolla en entornos virtuales, de novedosos mecanismos de interrelación digital y demás elementos. Las instituciones privadas que carecen de los recursos tecnológicos y la experiencia en modelos de educación distancia, tienen en este proceso todo en contra, incluyendo a los alumnos, padres de familia y profesores que si bien están habituados al uso de redes sociales, no están familiarizados con los entornos virtuales de la educación en la era digital. No es lo mismo usar teléfono inteligente o tableta digital para subir fotografías o vídeos de bromas, de comidas, de fiestas o de reuniones, que usarlos para desarrollar un proceso educativo, formación de competencias y evaluación del aprendizaje.
Para comenzar, las instituciones públicas y privadas, tendrán que desarrollar modelos pedagógicos flexibles, que puedan combinar la educación a distancia con la que en su momento se pueda dar de manera presencial, cuidando que los principales actores involucrados –alumnos, profesores, padres de familia y autoridades educativas- tengan la certeza de que serán útiles y eficientes, para garantizar a la par la calidad educativa y la protección de la salud de todos ellos.
Y quienes no lo logren, como lo anticipó Darwin en su momento, están condenados a la extinción.
Para iniciados
Nota nacional el cateo en las oficinas del ayuntamiento Cuernavaca. En virtud de que todo apunta que se trata de un asunto de persecución política por parte de Cuauhtémoc Blanco contra Antonio Villalobos, y en ello está en juego la credibilidad de las autoridades de la Fiscalía Anticorrupción, esta última está obligada a dar cuentas claras y completas al respecto. Los resultados de este proceso podrían ser únicamente dos: No le encuentran nada con qué fincarle responsabilidad judicial a Villalobos, y le dan con ello un levantón mediático a su popularidad, posicionándolo en la escena electoral rumbo a los comicios del 2021 o, en su defecto, si le encuentran con qué proceder contra él, acabarían de tajo su breve carrera política.
Excelente martes.
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