Perspectiva

Por Marcos Pineda

El primer libro que tuve oportunidad de escribir trató sobre la ideología en México. En aquel momento, en el año 2007, revisé desde una perspectiva cuantitativa el devenir de los factores ideológicos en el comportamiento electoral de los mexicanos hasta llegar a la medición de la importancia que tuvo en las elecciones de 2006. Apunté que si bien no fue entonces el más importante de los factores electorales sí se podía prever que la polarización ideológica vivida en la contienda presidencial podría cobrar mayor relevancia en las siguientes elecciones. Aquella elección entre Calderón y López Obrador dividió al país.

Hoy nuestro país está dividido de nuevo. Está polarizado. No sólo entre conservadores y liberales. No sólo entre derechas e izquierdas. No nada más ideológicamente. Nuestro país también está dividido entre ricos y pobres. Entre poseedores y desposeídos. Entre quienes tienen empleo y quienes lo han perdido. Entre los que conservan la oportunidad de obtener ingresos lícitos y quienes perdieron sus pequeños o grandes negocios. Entre los que apoyan el régimen de AMLO y los que lo repudian. Entre fanáticos y críticos de la Cuarta Transformación.

Andrés Manuel ha buscado todos los días profundizar y hacer muy públicas las divisiones entre los mexicanos, las diferencias y desigualdades que vemos y vivimos. Y lo ha logrado con mucho éxito. Como nunca, desde los días previos a la Revolución Mexicana, López Obrador tiene dividido al país. Tal parece que ya caminamos solamente en uno de dos sentidos: o se está en favor de las políticas y decisiones de Andrés Manuel, sean las que sean, o se está en contra de él. Claro, con las consecuencias y estigmatizaciones que para cada una corresponden.

Esta polarización va en paralelo con dos realidades diferentes e igualmente opuestas. Quienes creen por completo en el discurso presidencial de que todo va muy bien, que su gobierno es ejemplo para el resto del mundo, que se acabó la corrupción en México y que ha tomado las mejores decisiones, soportando una campaña, incluso de nivel internacional, que se ha orquestado en su contra, por parte de los conservadores.

La otra realidad, es la que viven quienes se han visto afectados porque las cosas no van bien en México. Ya se había comenzado a deteriorar aún más la economía mexicana, antes de la pandemia del #Coronavirus, y ahora se agudiza la crisis económica. Esa otra realidad es también la de quienes observan cómo la imagen de nuestro país en el mundo ha venido a menos y en no pocos casos se han reído o burlado de la manera en que comporta nuestro presidente en su calidad de Jefe de Estado. Una realidad en la que dentro y fuera del país, nuestro gobierno no es un ejemplo a seguir, sino un riesgo social, económico y político para nuestra Nación. Otra realidad en la que no se ha acabado la corrupción, sino ha cambiado de corruptos en el poder, reciclando incluso a varios de los antiguos priistas severamente señalados.

Otra realidad, en la que las decisiones del presidente pueden ser todo, menos correctas. Donde su voluntad y su verdad, son consideradas caprichos, necedades y mentiras. Donde los análisis y opiniones sobre su gestión y sus proyectos son rechazados de antemano y calificados como parte de una estrategia nacional e internacional en su contra.

En suma, una realidad es la que expone, defiende y presume López Obrador. Y la otra, la que viven los mexicanos y observan los extranjeros. Una realidad es la que los fanáticos se creen y la otra la que critican los que hacen uso de sus facultades para pensar y expresarse libremente.

Para iniciados

Ayer escuchamos informes alentadores de Marco Antonio Cantú Cuevas, secretario de Salud de Cuauhtémoc Blanco, sobre la manera en que se ha enfrentado la pandemia de Covid-19 en Morelos y los buenos resultados que está dando. Nada más alejado de la objetividad y de una prospectiva fundamentada técnica y científicamente. Si tan sólo tuviera un equipo capaz de hacer los análisis cuantitativos que sí pueden hacer otras personas, sabría que sus reportes están severamente sesgados y nos espera un crecimiento de casos, los registren o no, y de fallecimientos, que le va a ser muy difícil de explicar. Para muestra un botón: hay buena cantidad de muertes que están en espera de su correspondiente dictamen médico para clasificarlas y sumarlas o no como producto de la Covid-19.

Excelente martes.

La información es PODER!!!

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