Por José Luis Garcitapia
El calderonista Fidel Giménez-Valdés Román, secretario de Obras del Gobierno del Estado, está en campaña por la candidatura a presidente de Cuernavaca; ha enfocado su tiempo y gran parte de los recursos de la dependencia a su cargo a construirse una imagen entre los habitantes de la capital de Morelos.
Giménez-Valdés pasó de ser un promotor y defensor férreo de los gobiernos panistas -tanto federales como estatales, incluyendo sus proyectos económicos-, a un adorador del presidente Andrés Manuel López Obrador, en espera de ser purificado y recibir la bendición de la Cuarta Transformación para seguir en precampaña.
Para ello, el próximo sábado en «Las Quintas» se llevará a cabo una Reunión del Líderes del Movimiento Nacional por la Esperanza, con la presencia de su líder, René Bejarano Martínez, en la que se prevé un pronunciamiento a favor de Fidel Giménez-Valdés, con lo que se saltaría los tiempos y normas electorales y lo que diga, a favor o no, el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo.
Lo interesante, y que debería de preocupar a los fundadores del Movimiento de Regeneración Nacional, es ver cómo los rebasa por la derecha un personaje que sirvió bien a los intereses económicos de los gobiernos panistas, en especial de Felipe Calderón Hinojosa, a quien López Obrador acusa de robarle la elección presidencial en el 2006 y de haber desatado una guerra sangrienta.
Hay que recordar que Fidel Giménez-Valdés fue Director General del Centro Morelos, de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de octubre de 2008 al 30 de noviembre de 2012; y delegado de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en Morelos (CDI) de enero a septiembre de 2008.
Durante su paso por el Centro Morelos de la SCT se le señaló como el encargado de beneficiar con obras y contratos a empresarios afines del expresidente Calderón, a los que se les conoció como integrantes del “circulo azul”; y fue promotor y defensor del llamado “Eje Norponiente”, aquel que pretendía darle vida y elevar la plusvalía de predios para la construcción de miles de casas (el llamado proyecto “Geopolis”) entre Temixco y Cuernavaca.
Por cierto, Fidel Giménez-Valdés en noviembre pasado habló de la necesidad de revivir el proyecto del “Eje Norponiente” y acusó al exgobernador Graco Ramírez de su cancelación, cuando fueron los ambientalistas, organizaciones no gubernamentales, autoridades ejidales y comunales, defensores de la tierra y el agua, los principales opositores a esta obra. De inmediato, Flora Guerrero le respondió.
El “Eje Norponiente”, que busca revivir Fidel Giménez-Valdés, representa un grave daño ambiental, urbano y económico para capital de Morelos, pues el objetivo es que quienes vienen de la ciudad de México puedan librar por completo Cuernavaca.
Serían 42 kilómetros de una carretera de cuatro carriles, que pasaría por las zonas boscosas de Ahuatepec, Ocotepec, Chamilpa, Santamaría Ahuacatitlán y Buena Vista del Monte, para pasar luego por Temixco (Cuentepec y Tetlama) y Miacatlán y unirse a la Autopista del Sol a la altura de Puente de Ixtla.
Lo que no dijo Fidel Giménez-Valdés es que la obra tuvo el rechazo generalizado porque representaría la tala de más de 100 mil árboles, que el proyecto estaba viciado de origen, porque los ayuntamientos de Temixco y Cuernavaca autorizaron la construcción de más de 50 mil viviendas y que paralelamente había un proyecto llamado Ciudad Gobierno, que implicaba llevar a la zona norponiente la sedes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Además, los ambientalistas valoraron que la construcción de miles de viviendas y la tala de miles de árboles, representaba un atentado con el bosque de agua, que dota del vital liquido a más de 500 mil habitantes de la ciudad capital; mientras que los prestadores de servicios veían un grave daño a las actividades económicas y turísticas, porque los capitalinos ya no tendrían que pasar por la ciudad sino se conectarían directamente a la Autopista del Sol rumbo a Acapulco.
Por eso lo rechazaron.
@PepeGarcitapia