Francisco Hurtado Delgado
En gran parte del país tendremos elecciones intermedias en las que se elegirán alcaldías, Congresos locales y Congreso Federal ¿Sabes que retos y desafíos habrá para la ciudadanía, partidos políticos, candidaturas Independientes y autoridades electorales en este 2020? ¿Qué se debe hacer para tener mejores gobernantes?
Para la ciudadanía el gran reto será decidir por quién votar, en razón a los resultados de los representantes populares que fueron ganadores en las últimas elecciones. Habrá que preguntarse si estos nuevos servidores públicos han cumplido con su mandato o no. O bien preguntarse si es el líder que necesitan nuestras comunidades.
Para los partidos políticos, el reto es recuperar la confianza de la ciudadanía, porque su imagen partidista se encuentra muy deteriorada por las pésimas administraciones desempeñadas, llámese corrupción, incapacidad, soberbia, falta de sensibilidad, carácter, honestidad, preparación y conocimiento en la materia, etc.
Para las candidaturas independientes tomando como ejemplo algunos actores como el Bronco y Kumamoto, entre otros, con aciertos y decepciones, también dejan en duda si sean la mejor opción a elegir en una urna.
Las autoridades electorales, como hasta ahora deberán continuar garantizando imparcialidad y transparencia, pese a los recortes presupuestal de los que han sido objeto.
Bajo este orden de ideas, es de resaltar lo citado por Aristóteles y Maquiavelo, los que ejerzan un cargo público a través del sufragio, deben tener experiencia y su actuar con estricto cumplimiento a las reglas.
Es por ello que profesionalizar la política será un gran reto y desafío para nuestro país, estado o municipio, ya no deben ser gobernados por personas improvisadas, sin el perfil adecuado, carentes de valores y faltos de preparación respectiva. Se requieren personas aptas, con conocimiento en la administración pública, porque profesionalizar los perfiles para determinados cargos públicos, será una alternativa para salir adelante y llegar a donde merecemos estar. El poder debe ser el vehículo, para que el bien colectivo transite hacia una constante y repetida acción política en beneficio de todos, con paz y progreso social.