Francisco Hurtado Delgado
Magistrado del Tribunal Electoral del Estado de Morelos
En un Estado de Derecho todos estamos obligados a observa y respetar el orden normativo, pero qué sucede cuando quien la infringe no es sancionada su conducta. La respuesta es obvia, reina la impunidad. Este fenómeno abona a la proclividad que tienen muchos sujetos por romper las reglas y normas establecidas, de tal suerte que coloquialmente referimos que las reglas se hicieron para romperse; la cuestión entonces es preguntarse: ¿Se podría vivir sin reglas y mantener una sociedad en paz y armonía?
Me parece oportuno recuperar el pensamiento del alemán Robert Alexi, porque en él se encuentra una posible respuesta a la interrogante planteada. Robert Alexi describe que las reglas son normas que exigen un cumplimiento pleno y, en esta medida, pueden siempre ser sólo cumplidas o incumplidas. Si una regla es válida, entonces es obligatorio hacer precisamente lo que ordena, ni más ni menos. En otras palabras, las reglas nos indican lo que está prohibido y lo que no.
Vale también precisar que las normas jurídicas rigen la conducta o comportamiento de una colectividad; es decir, establecen los deberes y derechos de los ciudadanos, que muy a menudo olvidamos o desconocemos.
Nos guste o no, toda sociedad ha establecido normas jurídicas, pero también a construido normas de convivencia social, morales y religiosas. Sin ellas simplemente viviríamos en la anarquía e imperaría la ley del más fuerte, el orden y la convivencia social se verían permanentemente amenazados.
Por ello, todos debemos hacer el esfuerzo de educar a nuestros hijos y menores de edad, en el respeto y observancia de todo el orden normativo que hemos construido para poder garantizar una mejor convivencia social y las autoridades de gobierno deberían de ser las primeras en poner el ejemplo.