LA LEY DE HERODES
Por Miguel Ángel Isidro
Recurramos a los clásicos:
En política la forma es fondo.
En política no hay coincidencias.
En política los enemigos son de a deveras y los amigos no siempre son sinceros.
Sirva esto como prolegómeno para intentar una lectura alterna al acto multitudinario celebrado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador con motivo del primer aniversario de su triunfo electoral.
Hay que dejar varios puntos en claro, porque ésta no es una crítica generada desde el rencor, como siempre argumentan los simpatizantes de la #4T.
AMLO decidió, una vez más, hacer patente su poder de convocatoria.
No está en duda la legitimidad de su triunfo…
No está en duda su nivel de popularidad…
Con acarreo o sin él, ningún otro líder político en este país es capaz de abarrotar la principal y más emblemática plaza pública de la Nación…
Esto fue sin duda una auténtica demostración de músculo.
Fue también sin duda el arranque de una nueva campaña electoral: rumbo a la ratificación de mandato en la primera mitad de su mandato.
Porque AMLO ha demostrado reiteradamente que para él, la única lógica válida para la política es la electoral. Es un personaje que no puede concebirse a sí mismo sin estar en campaña; de eso va su gobierno, de un acto de campaña a otro.
De eso van las famosas mañaneras.
Aquí la pregunta es: ¿era necesaria, en este momento, tal demostración de fuerza?
¿Tiene algún significado especial que dicho mensaje haya sido lanzado apenas un día después de la puesta en marcha de la controvertida Guardia Nacional?
Lo más importante es… ¿a quién va dirigido éste mensaje?
La mal llamada “oposición” jugó pésimamente sus cartas al haber convocado un día antes a su tristemente célebre “marcha anti-AMLO”.
No es un buen momento para tratar de medir fuerzas en la plaza pública contra el Presidente más popular de nuestra historia reciente. Imposible igualar su arrastre.
Peor aún si en la convocatoria se involucran figuras como los ex presidentes Felipe Calderón o Vicente Fox, cuyo desprestigio es casi tan enorme como su cinismo.
La verdadera oposición, la que radica en los partidos y las cámaras de diputados y senadores, luce dividida, desorganizada y carente de eco en sus postulados.
No han entendido que el poder y popular del Presidente se sustentaron en los añejos reclamos y malestares de una sociedad que desprestigia a la clase política tradicional.
Los partidos opositores a la #4T siguen divorciados de la sociedad, y están pagando el precio.
Y mientras no logren, de alguna manera, pasar del reclamo en redes sociales o en posturas mediáticas a los hechos concretos, más lejos estarán de conectar con el la sociedad y menos con el potencial electorado.
La moneda está en el aire.
Veremos y comentaremos.
Twitter: @miguelisidro