Perspectiva
Por Marcos Pineda
Una de las más elegantes ironías que he escuchado fue la de mi maestro Toño Maya Schuster, cuando hace 25 años me dio su punto de vista sobre qué miembro del gabinete del entonces presidente Ernesto Zedillo sería el que renunciaría a su cargo, luego de varios días de encono, grillas y murmuraciones. Dijo, palabras más, palabras menos: “Se aplicará la Ley General de Hilados y Tejidos, que en su artículo 14 dice a la letra que hilo se rompe por más delgado”. Y así fue. Esteban Moctezuma dejó el cargo de Secretario de Gobernación.
Ahora recordé esa anécdota en virtud de la creciente tensión que existe entre el gobierno estatal de Cuauhtémoc Blanco y el del presidente municipal Antonio Villalobos. En esa batalla política donde se han visto involucrados varios de los cercanos a uno y a otro, destacan José Manuel Sanz Rivera, Marisol Becerra, síndico de Cuernavaca, Gerardo Becerra, asesor anticorrupción y Alex Pisa. Junto con otros, hicieron todo lo que estuvo a su alcance para impedir que Villalobos llegara a ocupar la presidencia municipal. Fracasaron en el intento.
Luego, al secretario de Obras de Cuauhtémoc Blanco, Fidel Giménez Valdés, a través de tuits, declaraciones públicas y señalamientos de ser el orquestador de una campaña contra el Lobito, no ha parado de asestar uno y otro ataque. Se le señala también de utilizar a Alex Piza como operador de redes sociales y cuentas falsas o anónimas, en las que presuntamente paga publicidad.
Cuando se ha cuestionado a Sanz sobre si se pondría un alto al proceder del Giménez, evade responder. Alex Pisa ni por error asoma la cara, pero no deja de operar tras bambalinas. Marisol Becerra evidencia su cercanía y pertenencia política al grupo que encabeza José Manuel Sanz. Y Gerardo Becerra evita tocar el tema, como evita muchos otros que no sean los relacionados con la presentación de carpetas de investigación contra el anterior gobierno.
La tensión se está incrementando. Según algunas versiones de adentro del gobierno, el Cuau ya se está cansando de los errores y las broncas en las que lo ha estado metiendo su jefe de oficina y los personajes que lo apoyan. Según otras versiones, no hay nada que pueda hacerse para que Blanco tome la decisión de remover de su cargo a su manager.
Aquí la pregunta sería si el Cuau está enterado de toda la grilla que trae su gente. ¿Actúan Sanz, Giménez, Pisa y ambos Becerra sin consultarlo o con su visto bueno? ¿Y hasta dónde irá a parar toda esta grilla, es decir, hasta qué momento resistirá el hilo y se romperá? ¿Y quién será la parte más delgada del hilo, Sanz, Giménez, Pisa o los Becerra?
Para iniciados
Le dieron el registro como partido político estatal a la organización de ultraderecha, de inspiración cristiana, PES, que postuló a Cuauhtémoc Blanco como candidato a gobernador. Tres de siete consejeros electorales acusaron irregularidades y votaron contra la aprobación del registro. Cuatro hicieron caso omiso de las irregularidades. Tal parece que todo lo que tenga que ver con Cuauhtémoc Blanco y su paso por la política se mancha de irregularidades que son consentidas y quedan en la impunidad.