Por Francisco León Guzmán
Los medios de protección que la Constitución nos proporciona, son la libertad y los privilegios y recompensas conciliables con la libertad.
Los Mexicanos hemos sido ociosos por derecho y holgazanes legalmente.
Se nos alentó a consumir sin producir.
Nuestras ciudades capitales son escuelas de vagancia, de quienes se desparraman por el resto del territorio después de haberse educado entre las fiestas, la jarana y la disipación.
Nuestro pueblo no carece de alimentos sino de educación y por eso tenemos pauperismo mental.
En realidad nuestro pueblo mexicano se muere de hambre de instrucción, de sed de saber, de pobreza de conocimientos prácticos y de ignorancia en el arte de hacer bien las cosas.
Sobre todo se muere de pereza, es decir de abundancia.
Quieren pan sin trabajo, viven del maná del Estado y eso les mantiene desnudos, ignorantes y esclavos de su propia condición.
El origen de la riqueza son el trabajo y el capital, ¿qué duda cabe de que la ociosidad es el manantial de la miseria?
La ociosidad es el gran enemigo del pueblo en mexica.
Es preciso marcarla de infamia: ella engendra la miseria y el atraso mental de las cuales surgen los tiranos y la guerra civil que serían imposibles en medio del progreso y la mejora del pueblo.
Sabes tú ¿quién es el mexicano que ha escrito estas reflexiones sobre nuestro país?
Don José María Morelos y Pavón
Sentimientos de la Nación 1813