Por Francisco León Guzmán

La creciente inseguridad en algunos estados del país exhibe la ineficacia de los 3 niveles de gobierno para enfrentar el reto que más preocupa a los mexicanos.

Me referiré al estado de Morelos, que es azotado por la ola de violencia más grave que se recuerde en esa región en los últimos años y es producto de la incapacidad de diversos gobiernos, como el de Graco Ramírez, quien tuvo un paupérrimo desempeño y heredó una crisis que tiene en jaque a Cuauhtémoc Blanco, gobernador hace 6 meses.

El clima de desolación en Morelos es generalizado y se agudizó con tragedias como la ocurrida hace 8 días en el restaurante Los Estanques, de Cuautla, donde se registró una balacera que dejó un saldo de más de 10 heridos y 6 muertos, entre ellos 3 menores de edad. En las últimas semanas, al menos 18 personas han sido asesinadas en ataques a restaurantes, concentrados en Cuautla, Yautepec, Temixco y Cuernavaca. La salida autocomplaciente del gobernador Blanco se limitó a reconocer que la oleada de violencia se debe a la disputa entre cárteles de la delincuencia organizada que pelean la plaza. Anticipó que se esperan contraataques de esos grupos y el remate fue espeluznante, al decir “vamos a seguir, porque ahora vamos a ver la respuesta de los otros y en eso estamos trabajando”. Más allá de las limitaciones que muestra el ex futbolista, revela que su estrategia es aguardar la respuesta de los criminales, será reactivo a la masacre que sigue, en vez de ocuparse de prevenirla.

Según datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, desde que Cuauhtémoc Blanco asumió la gubernatura en octubre de 2018, se han registrado más de 450 homicidios en la entidad. Según la misma fuente, tan sólo en enero y febrero de 2019 se han denunciado 6,712 delitos del fuero común. En ese periodo se han documentado 5 feminicidios, 15 secuestros, 50 violaciones y 291 robos a casa habitación, 676 amenazas y 162 despojos de bienes inmuebles.

La tasa de delitos por cada 100 mil habitantes en Morelos es de 161.5, y está por encima de estados como el de México, Jalisco o Chihuahua. La media nacional es de 124.1, lo que muestra, con cifras del gobierno federal, la gravedad de la inseguridad en la entidad, sin tomar en cuenta que hay miles de delitos que violentan a la población, y que no se denuncien, no significa que no existan. No dudo de las buenas intenciones de Cuauhtémoc, pero es evidente que él y Uriel Carmona Gándara, su fiscal, están rebasados. Popularidad no significa capacidad para enfrentar a este imperio del terror.

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