El Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana ha estado comprometido desde su creación con la ampliación de los derechos políticos de toda la sociedad y con la generación de espacios que permitan la más amplia participación de las mujeres en la actividad política.
Por ello es necesaria la participación activa de toda la sociedad para combatir los ambientes que generan encono en contra de quienes desde cualquier espacio deciden participar en la vida pública, y mucho más cuando se trata de las mujeres, que fueron históricamente marginadas de las cuestiones políticas.
La acción del Impepac a favor de las mujeres no es solamente una línea discursiva, hemos emitido lineamientos y tomado acciones afirmativas que llevaron a ampliar la participación de las mujeres en la vida política hasta alcanzar, en el 2018, la Legislatura de la paridad, que no significa una distribución similar de posiciones por género, sino ejercer su participación de una forma paritaria, sin limitantes, y libres de violencia.
Por ello, desde el Impepac de forma respetuosa pero enérgica nos manifestamos en contra de toda forma de violencia política, especialmente la que se disfraza de crítica, pues es antesala de situaciones de mucha mayor gravedad.
Mucho más censurable es cuando se ejerce en contra de las mujeres pues con ello se busca perpetuar un esquema de marginación que jurídicamente ha sido superado. En efecto, estas formas de violencia buscan ampliar el dogma cultural que margina a las mujeres de la toma de decisiones, que las limita del acceso a condiciones para ejercer sus derechos en paz.
Desde el Consejo Estatal Electoral hacemos un llamado a todos los actores políticos a evitar que el insulto y la violencia verbal se apoderen del debate, no sólo por la infamia e injusticia que de sí revisten, sino también porque estas formas de intercambio suelen escalar y provocar otras formas de violencia mucho más graves.
Permitamos participar políticamente a las mujeres en la paz que la ley les garantiza. Frenemos la escalada de diatribas. Retomemos la crítica seria y constructiva como parte fundamental del lenguaje de paz que urge al estado y trabajemos juntos y sin distinciones en la construcción de un estado democrático.