Perspectiva

Por Marcos Pineda

Con el bastón de mando entregado por los representantes de las comunidades indígenas, la limpia sabiduría que provee tan completa purificación, justo encima de los importantes vestigios arqueológicos de nuestros ancestros, un bono democrático de 30 millones de electores, una popularidad de 60 puntos porcentuales y perdón a los corruptos que le antecedieron en el ejercicio del gobierno federal, Andrés Manuel López Obrador sentenció que la corrupción en nuestro país se ha terminado, junto con el neoliberalismo.

Del sábado pasado en adelante, ningún funcionario público o persona privada que saque ventaja de los recursos públicos deberá quedar impune. No más compras amañadas de gobierno, no más sobornos a servidores públicos, ni para que sean omisos ni para que actúen contra la ley, no más contratos puestos en bandeja de plata por influyentismo ni por transas. No más mordidas por faltas menores y no más nuevos ricos al amparo de la impunidad.

De la política económica hablaremos en otro espacio. Por lo pronto, sí que estamos hablando de un nuevo México, de un país transformado, que verá surgir una nueva cultura de la función pública, nuevas generaciones de servidores públicos investidos de un novedoso fervor republicano. El gabinete setentero y ochentero que lo acompaña deberá ser el primero en poner el ejemplo de que ya no son como supimos que fueron. A ver si chango viejo aprende maroma nueva.

La mejor de las suertes para el presidente AMLO. Y le decimos que no sólo vamos a apoyarlo de dientes para afuera, sino que vamos a colaborar puntualmente para que logre el objetivo de erradicar la corrupción haciendo lo que nos corresponde en los medios de comunicación: vamos a denunciar los actos de corrupción que presuntamente se cometan para que sean investigados por las autoridades competentes y no queden impunes.

Para iniciados

El trabajo legislativo en Morelos pinta para volverse chantaje legislativo. Ante la inexperiencia de la mayoría de los legisladores, las contradicciones en que incurren Alfonso de Jesús Sotelo y Marcos Zapotitla casi cada vez que dan declaraciones a los medios y el ánimo de protagonismo casi con tono de berrinche a veces de Pepe Casas, Tania Valentina saca el colmillo y los rebasa. Los otros más bien calladitos andan a la expectativa de que los resultados de las negociaciones (chantaje) que un pequeño grupo hace. Ya lograron su primera victoria con el despido de decenas de empleados y ahora andan en la colocación de sus huestes y compromisos. Por poco se salen de control en algunos momentos y pudiera ser que pronto tengamos una escena de esas que recorren viralmente la Web, porque ya hay quienes les quieren poner un alto, como Javier García. A ver si no tarda mucho.

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