Ciudad de México.- Con la actividad denominada “Náhuatl en vivo”, Morelos concluyó su participación cultural en la XXXVIII Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería.
Ahí presentó un Memorama Náhuatl, de un juego basado en Serpientes y Escaleras para aprender verbos en esta lengua, y el libro “Amapoualistle. Lecturas del náhuatl de Hueyapan”.
Participaron Victorino Torres, Mardonio Carballo y Francesco Taboada, moderados por Sergio David Lara.
Francesco Taboada, cineasta y coordinador de las publicaciones en náhuatl, afirmó que es un estudiante de náhuatl y que le interesó la manera en que este aprendizaje estuviera más accesible a personas que no conocían esta lengua “existen dos vertientes en este aprendizaje, aquellos que pertenecen a una comunidad donde se habla y aquellos que no, los que la tienen como su lengua madre y aquellos que nacimos en un país en el que la lengua madre es el náhuatl. Empecé como estudiante para ver cómo le podíamos hacer para tener más capacidad de relacionarnos con la lengua. Se dio la oportunidad con el gobierno a través del ‘Programa de Recuperación y Cotidianización de Lenguas Originaria’ a través de que nos dimos cuenta que en muchas comunidades algunos de los jóvenes no recibieron el náhuatl como su lengua materna, es decir, que sus padres ya no se las enseñaron por la institucionalización de la educación pública, con el apoyo de la televisión, y se fue perdiendo la lengua, y en Morelos es muy claro, en Tepoztlán, en los años cincuenta todo el mundo hablaba, pero actualmente sólo un señor, “El Zapata”, es el único que habla en todo Tepoztlán. Logramos que el náhuatl tuviera espacio en los medios de comunicación con un noticiero en náhuatl, con una serie radiofónica, con algunos espectaculares y sobre todo con la creación de materiales didácticos, impartimos cursos en donde se utilizaron este tipo de materiales. En este momento contamos con 3,600 estudiantes aprendiendo o reaprendiendo la lengua materna”.
Mardonio Carballo, poeta, activista y periodista comentó: “En un mundo la catástrofe se encuentra a la vuelta de la esquina, en donde Donald Trump nos hace recordar lo racista que somos, no la unidad que somos, sino lo racistas que somos en este país, donde podemos encontrarnos a la vuelta de la esquina una ley que impida el uso de las indígenas en los medios de comunicación masivos, estuvimos dos años peleando contra una ley, contra el artículo 230 de la Ley Telecom, que impulsó el gobierno de Enrique Peña Nieto, y al final logramos cambiar tras dos años de trabajo, era terrible que pudiésemos enmendar la plana a un grupo de legisladores que ignoraban el país en el que vivían, en el cual existe la famosa interculturalidad, una realidad cacareada pero poco asumida, poco ejercida con respecto a la justicia de las políticas públicas. Gestos como el que estamos teniendo ahora aquí, como la posibilidad de un libro o de un juego para encontrar la memoria, fíjense de lo que estamos hablando cuando hablamos de la memoria, perseguir el hilo de la memoria es encontrar nuestras raíces, perseguirla para que hasta debajo de este árbol frondoso que somos encontremos la sales minerales, los huesos, los muertos, nuestra memoria, que nos hacen vibrar, que nos hacen llamarnos México. Los pueblos indígenas no somos una moda de la demagogia, somos la razón de este país”.
Victorino Torres, joven poeta de la comunidad de Cuentepec, quien ha colaborado muy de cerca con la Secretaría de Cultura Morelos para la realización de estos materiales en lengua materna agradeció durante su intervención a la titular de la Secretaría de Cultura de Morelos, Cristina Faesler, así como también a Mardonio Carballo y Francesco Taboada “por la labor que cada uno hace por la revitalización de la lengua y la cultura náhuatl, particularmente del náhuatl de Morelos que tanto hace falta, pues un Estado en las lenguas originarias están tan invisibilizadas entre la sociedad, que incluso muchos desconocen de la existencia de estas. Se sigue escribiendo desde el español y no desde el náhuatl, se sigue pensando desde el español y no desde el náhuatl, se sigue educando desde el español y no desde el náhuatl. Muchos de los materiales que se siguen produciendo en las lenguas indígenas siguen siendo bilingües, ¿acaso los materiales monolingües no bastan para que un hablante de náhuatl totonako, maya o seri los pueda entender? o ¿se tiene que escribir en español para que sea entendible? Cuando hay un concurso de cuento o poesía, siempre se tienen que traducir en español, entonces lo que se evalúa es en español ¿no?. Hay que cambiar esta dinámica y debemos de escribir desde nuestros mundos si en verdad queremos revitalizar las lenguas originarias mexicanas, y cuando sea momento también, escribir materiales bilingües, trilingües y de todas las formas que queramos según nuestro destinatario. De no ser así, estamos creando muros entre los mundos, y los muros dividen, y podrían aplastar al más débil, y no estamos para muros, sino para puentes de entendimientos”.