A un año de que la Secretaría de Gobernación emitiera la Alerta de Violencia de Género para ocho municipios de Morelos, existe mayor conciencia en la sociedad, especialmente entre el sector femenino, sobre la importancia de terminar con situaciones de violencia de género a través de interponer las denuncias correspondientes.
A decir de la coordinadora de la Unidad de Atención a Mujeres Víctimas del Delito, Fabiola García Betanzos, la denuncia es fundamental para procurar justicia a aquellas mujeres que han sido víctimas de abusos y agresiones.
Esta Unidad nació justamente para favorecer que el sector femenino encuentre canales legales accesibles y expeditos para iniciar procesos que salvaguarden la integridad de quienes son víctimas de violencia por cuestiones de género e, igualmente, se aplique la justicia respectiva, recordó.
García Betanzos hizo hincapié en que las morelenses no se queden calladas, pues tienen derecho a vivir plenamente, por lo que invitó a aquellas mujeres y niñas que han sido afectadas en su integridad moral, a que se acerquen a la Unidad y denuncien.
Aclaró que las denuncias por violencia familiar y de género han aumentado, pero ello es resultado de las campañas realizadas por el Gobierno del Estado, pues ahora las víctimas prestan su confianza a las instituciones, y optan por iniciar un proceso penal en contra de sus agresores.
La coordinadora agregó que la Unidad cuenta también con acompañamiento psicológico a las víctimas, ludoteca para menores de edad, y terapeutas para casos de violencia, lo que le permite a la unidad ofrecer un servicio integral.
Recomendaciones cumplidas
La Fiscalía General del Estado dio cumplimiento total a las 14 recomendaciones contenidas en la Alerta de Violencia de Género bajo su competencia.
Tanto las cuestiones de capacitación, como la implementación de protocolos, apoyo a víctimas y la atención y seguimiento a cada caso de feminicidio han sido cumplidas de manera puntual y permanente.
La creación del Centro de Justicia para Mujeres es uno de los principales frutos desde noviembre de 2015, donde más de dos mil cien mujeres y menores víctimas de violencia familiar han sido atendidos multidisciplinariamente, con lo que su situación de seguridad, psicológica y jurídica ha mejorado de manera sustancial.