PERSPECTIVA, por Marcos Pineda.

Si hacemos un análisis de los resultados que arrojan las encuestas prelectorales, tomando en consideración no solamente los porcentajes de quienes manifiestan tener la intención de votar por determinados partidos o candidatos, sino incluyendo los que podríamos denominar como de “No aceptación” y de “No respuesta efectiva”, llegaremos a la conclusión de que, en muchos casos, las elecciones del dos de junio serán de pronóstico reservado.

Explico. Hay básicamente cuatro tipos de entrevistas que se llevan a cabo: la cara a cara o personal, las telefónicas con operador físico (o sea, con un entrevistador), las telefónicas asistidas por un robot (esas donde le piden a uno que apriete un número para expresar la respuesta) y las que se realizan por medios digitales (redes sociales o correo electrónico). Y si usted me apura, dentro de ellas hay diferentes subtipos y diseños, que las hacen más o menos confiables. Pero esos son temas de mayor profundidad, que dan hasta para un seminario de investigación sobre el comportamiento electoral.

En lo general, para comenzar, hay un indicador al que usualmente llamamos “Tasa de aceptación” o bien “Tasa de rechazo” que registra el porcentaje de personas que aceptaron o no aceptaron, respectivamente, ser entrevistadas. Sin duda, las de medios digitales y las telefónicas asistidas por computadora, son las que obtienen tasas más altas de rechazo, llegando hasta 95 intentos fallidos, por cada 100, de entrevistar a una persona. De entrada, es muy alto ¿verdad?

Las otras, las personales y las telefónicas con entrevistador, suelen registrar tasas de rechazo que pueden ir desde el 35 y hasta el 65 por ciento. Particularmente, en el proceso electoral que llevamos a cabo en México este año, las tasas de rechazo se han ido incrementando. Puede ser que la gente ya esté cansada de ser encuestada o que tenga algún miedo de que pudieran saberse sus preferencias electorales, pero el caso es que se ha incrementado la cantidad de electores que se niegan a ser entrevistados.

Luego, de entre quienes sí aceptan ser entrevistados hay porcentajes a los que llamamos “indecisos”, es decir, aquellos que todavía no han definido por qué partido o candidato votarían y los que manifiestan no saber o no querer contestar a la pregunta sobre su preferencia electoral. También esos porcentajes se han incrementado, sobre todo en los últimos meses. Mientras más se acerca el día de la elección, más crecen.

Entonces, los resultados que tenemos sobre intención de voto pueden ser considerados únicamente como la opinión de quienes sí tienen decidido su voto y, a la vez, estuvieron dispuestos a expresarla. Y bien pudiera suceder que en las elecciones se encuentren cerca de los resultados en las urnas. Pero, existe la posibilidad de que, si un elevado porcentaje de quienes rechazaron ser entrevistados, sumados a los que no quisieron contestar y los electores que no han decidido aún su voto acuden a las urnas, el resultado sea diferente a lo que vimos en las encuestas. De eso ya hay historia y ejemplos en diferentes elecciones, tanto mexicanas como de otros países.

Hay quienes han llamado a este fenómeno “el voto oculto”. No obstante, si ese sea el concepto correcto o no, como sea que se le quiera llamar, sí nos da elementos para pensar que las siguientes elecciones serán de pronóstico reservado.

Los candidatos están en su papel, manifestando confianza en que van a ganar. No debe ser de otra manera. Sin embargo, la realidad es que nada está decidido para nadie. Todo va a depender de la participación ciudadana el día de la jornada electoral.

Y para iniciados:

Las evidencias de una operación de compra de voto, coacción, abusando a de la necesidad y dependencia de la gente más pobre, beneficiaros de los programas sociales, y hasta los ataques jurídicos, directos o velados, no son nada nuevo. Fueron prácticas de los gobiernos priistas, bien conocidas. Lo que llama la atención es que antes de que llegaran al gobierno se pensaba, en forma general, que los de la 4T serían diferentes, pero no. Salieron igualitos o hasta peores.

La información es PODER!!!

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